Luiz Antonio Bueno, quien fuera el director de Odebrecht en Colombia cuando se realizaron los sobornos firmó principio de oportunidad tanto en Colombia como en Brasil. Fue este alto directivo de toda la confianza de los Oderbrecht quien declaró que la reunión para organizar el soborno y la forma de pagos de los USD 6.5 millones al viceministro de transporte Gabriel García Morales para la adjudicación del tramo dos de la ruta del Sol a finales de 2009, se había hecho en una oficina del Edificio Capital Park en el parque de la 93 de Bogotá, a la que habria asistido el Presidente de la compañia, José Elías Melo. Corficolombiana pertenece al grupo Aval de propiedad de Luis Sarmiento Alguno, que en el y es la propietaria de Episol, socia de Oderbrecht en la Ruta del sol tramo II. El Senador Jorge Enrique Robledo, citó al congreso a Melo y al propio Sarmiento para que expliquen.
En Brasil, Luiz Antonio Bueno Jr. forma parte de los 77 ejecutivos delatores de Odebrecht cuyas declaraciones validó el pasado enero la Corte Suprema de Brasil. La delación conocida como “Confesión del fin del mundo”, recoge numerosos detalles de sobornos, favores y sumas de dinero a la clase política brasileña. Específicamente, en su cargo de CEO de Odebrecht Infraestructura en Sao Paulo, Luiz Antonio Bueno firmó un documento con el objetivo de aumentar los costos, a través de modificaciones contractuales, a la construcción de Itaquerao, el estadio del Corinthias futbol club en la zona este de Sao Paulo.
Este estadio es considerado en el Brasil como un regalo de Odebrecht a Lula en retribución a su supuesta ayuda en los años de su presidencia 2003 a 2010, donde Odebrecht multiplicó por siete su facturación. El expresidente quería un estadio para el equipo que justificaba su mal desempeño en la ausencia de éste. Emilio Odebrecht le entregó personalmente la maqueta a Lula en uno de sus cumpleaños. El costo del estadio fue de 1,2 billones de reales (USD 381.5 millones), un 50 % más de lo presupuestado inicialmente (420 millones de reales), gracias a los sobrecostos organizados por Luiz Antonio Bueno Jr. El Club Corinthias debe pagar una mensualidad de 5.7 millones de reales al BNDES (el banco público de desarrollo de Brasil) quién financió la construcción con el que se pactó que en caso de no cumplir con los pagos, podría perder el escenario.