Con un pequeño capital, hace dos años, inicia el “negocio” de 'Luisa' en el hospital. 'Luisa' encontró en la demora de los pagos de sueldos de los trabajadores, una oportunidad de inversión con ventajosas y prontas utilidades.
La compra de salarios consiste en comprar los sueldos de los trabajadores por un valor inferior, para cobrarlo después con una ganancia del 15%, 20% y hasta 25% de interés (5% por mes de retraso), negocio que se soporta con una autorización firmada por el trabajador para que el comprador cobre dicho sueldo cuando la Institución pague.
La demanda en el negocio de “Luisa” es numerosa, razón por la cual, prioriza a sus “clientes” constantes para invertir su dinero en la compra de los sueldos.
Como “Luisa”, existen alrededor de 20 compradores de sueldos, pues de los 574 funcionarios, por lo menos el 80% venden su mensualidad y el capital de “Luisa” no alcanza para todos.
Las plazas para la compra de salarios, aun es amplia, no solo en el hospital de Mocoa, sino en muchos hospitales del Estado en todo el país, pues los mercaderes actuales no dan abasto con los que necesitan dinero para subsistir.
“Luisa” ha solucionado las necesidades de dinero de muchas de las personas que laboran en el hospital, sin embargo, los altos intereses que cobra no permiten que las personas reciban la mensualidad merecida por la labor que realizan.
Después de cuatro meses sin pago, las deudas y las necesidades de los trabajadores no dan espera, así que, aunque no se cuente con la posibilidad de cobrar la totalidad de su mensualidad, existe la esperanza de cubrir las obligaciones. Por tanto, desde el médico especialista hasta la aseadora, deben vender su sueldo, pues dichos compromisos no dan espera.
Mientras la precaria situación financiera del sector salud continúe afectando a las IPS públicas, a sus usuarios y trabajadores, el “negocio” de “Luisa” perseverará y tal vez mejorará, en caso de que la situación del hospital empeore y el pago de los sueldos demore más de los cuatro meses, como hasta ahora.
'Luisa' no labora en el hospital José María Hernández y aunque no madruga, ni atiende a pacientes diariamente, recibe con intereses, los salarios de quienes entregan su tiempo y sus esfuerzos en su trabajo día tras día.