Ecuador se prepara a votar este domingo en las elecciones anticipadas que llevará a la presidencia un mandatario por 16 meses para completar el mandato interrumpido de Guillermo Lasso. Dos destacadas y nuevas figuras políticas, Luisa González, respaldada por el correísmo, y Daniel Noboa, un empresario que se ha presentado como un líder promercado de centroizquierda, se enfrentan en esta crucial contienda electoral, con la seguridad del país pendiendo de un hilo.
En el dinámico escenario político ecuatoriano, surgió González, que podría convertirse hoy en la primera mujer presidenta respaldada por Revolución Ciudadana, el partido del expresidente Rafael Correa. Aunque desconocida para la mayoría, irrumpió en la escena política con la audaz misión de “recuperar la patria”.
El camino hacia su candidatura presidencial no fue fácil. A pesar de su asociación con Revolución Ciudadana y su paso por la Asamblea Nacional durante la breve gestión de Guillermo Lasso, González era desconocida antes de su postulación. Durante el juicio político contra Lasso, no jugó un papel prominente ni tuvo un papel interrogatorio hacia el presidente.
Pero Rafael Correa, a pesar de su exilio, respaldó públicamente a González. De hecho, su historia política está entrelazada con el expresidente, habiendo ocupado diversos cargos en su administración. Con él se desempeñó primero como secretaria del Ministerio de Relaciones Exteriores y viceministra de Gestión Turística y luego como subsecretaria del despacho presidencial. Tras ese mandato fue asesora en el Parlamento Andino y en 2021 elegida Asambleísta Nacional del Ecuador por el Distrito 1 de Manabí. Para lograr su candidatura le ganó el pulso al ingeniero Jorge Glas, quien fue vicepresidente tanto de Correa como de Lenín Moreno.
A sus 45 años, abogada y con dos maestrías tiene en su haber el 33 % de los votos que la colocó adelante en la primera vuelta para enfrentarse hay a Daniel Noboa.
Daniel Noboa, el empresario que sorprendió en primera
Noboa fue la gran sorpresa de la primera vuelta electoral, donde se alzó con un 24% de los votos y el derecho al balotaje. Proviene de una familia de amplio reconocimiento empresarial desde su abuelo Luis Adolfo, forjador de una importante fortuna bananera, y su padre, Álvaro, candidato presidencial en seis ocasiones, pero nunca consiguió la victoria.
Nacido en Guayaquil, el joven político de 35 años escaló durante la carrera presidencial, sorprendiendo a los votantes. Del sexto puesto entre ocho pasó al segundo, tras el asesinato de Fernando Villavicencio diez días antes de elecciones, y un último debate electoral donde se mostró no confrontativo y con chaleco antibalas hablando menos de seguridad y más de empleo, con el trabajo silencioso de una fundación de ayuda social que preside su madre Anabella Azín.
La imagen de joven, deportista, sereno, con amplia formación en el exterior, pudo haber calado. En política exterior se la ha jugado en contra se la guerra de Ucrania e hizo parte de los legisladores que visitaron a Putin; desde la Asamblea fue uno de los 104 diputados que apoyaron la iniciativa de destituir a Guillermo Lasso. Ha tratado de desmarcarse políticamente de su padre. Porque para él, ganar la presidencia, es su propio sueño.
El panorama electoral de hoy es incierto. Si bien Daniel Noboa en la campaña del balotaje lideró las encuestas durante mucho tiempo, al final hubo una sorprendente mejora en la popularidad de Luisa González. De acuerdo con una investigación de Telcodata, Noboa tiene un 36,7% de respaldo, mientras que González le sigue de cerca con un 36,4%. Un notable 15% del electorado sigue indeciso. "Va a ser una elección peleada voto a voto", se dice en los círculos políticos ecuatorianos.
González o Noboa, quien sea electo, tendrá que abordar la creciente crisis de criminalidad. En tan solo dos años, de 2020 a 2022, la tasa de homicidios en Ecuador se disparó en un 245%, según la plataforma Open Democracy, llevando al país de ser una de las naciones más pacíficas a una de las más violentas de la región.
González llegará al Palacio de Carondelet con su bandera de “progresismo basado en la justicia social” y Noboa con los cuatro ejes de su alianza Acción Democrática Nacional: sociedad, economía, institucionalidad y 'productividad medioambiental'.
Los ecuatorianos tienen en sus manos hoy la elección de la primera mujer presidenta o el más joven de sus presidentes
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