Durante un mes llevó una bandera cubana pegada a su piel, en un provocador performance que llamó Drapeau. Luis Manuel Otero Alcántara, artista, 33 años, salido de uno de los barrios más pobres de La Habana Vieja, con su tez oscura es el rostro más visible de la oposición al gobierno de la isla, fundador del Movimiento San Isidro (MSI) conformado por escritores, intelectuales y artistas que denuncian la falta de libertades. El domingo se les unieron miles de cubanos en La Habana, en San Antonio de los Baños, en Palma Soriano, para realizar la protesta más grande en 62 años, más allá del “maleconazo” de 1994.
Otero Alcántara ha frenteado al Estado por más de un lustro y ha pagado por ello. Lo han arrestado una docena de veces, los policías se apuestan constantemente frente a su casa, se han llevado su arte, ha sido sometido a interrogatorios. Su casa en la calle de las Damas, en el histórico barrio San Isidro, que compró en ruinas y arregló con sus manos, está a unos pasos del Archivo Nacional de Cuba y el hogar de infancia del héroe José Martí. Es la sede del movimiento que tomó su nombre.
El activismo de Otero creció cuando Miguel Díaz Canel, recién posesionado de presidente en 2018, firmó un decreto, el 349, que restringía fuertemente la actividad artística, que hasta motivó la crítica del cantautor Silvio Rodríguez. Fue entonces cuando empezaron los performances de Otero, creativos y provocadores. Uno de los más visibles ha sido el llamado Garrote vil que realizó durante el Congreso del Partido Comunista entre el 16 y el 18 de abril este año, contra la libertad de expresión y que consiste en permanecer sentado durante horas con las manos atadas a un garrote. Así estuvo mientras estaba sitiado en su vivienda. Tan pronto se acabó el Congreso entró la policía, confiscó sus cuadros y se llevó el garrote.
Uno de los más visibles performances de Otero es el llamado Garrote vil
En protesta, inició una huelga de hambre y sed el 25 de abril, era la segunda en cinco meses. Al cabo de ocho días, los agentes de seguridad del Estado lo llevaron a la fuerza a un hospital de La Habana. Desde allí solo era posible la conexión por redes sociales. El caso tomó vuelo internacional, al punto que Estados Unidos, la Unión Europea y Amnistía Internacional alzaron la voz para pedir su liberación. Su nombre es ahora conocido y reconocido con el liderazgo de la oposición.
Aunque se ha convertido en un ícono del barrio habanero de San Isidro, Otero Alcántara no nació allí, sino en El Cerro, otra zona popular de la capital cubana. Fue el primero de cuatro hermanos, en su vida el que más ha tenido peso es su tío Énix, porque su padre estuvo ausente encarcelado por un delito común. Ënix lo ayudó a ir por el camino del arte y la libertad, el era un opositor de largos años. Antes que artista Luis Manuel fue deportista. Se inició en el atletismo y hasta alcanzó a competir en carreras de velocidad, cuando apenas era un jovencito que tuvo que abandonar por problemas físicos. Desde entonces, además de sus dos hijos con dos mujeres distintas, el arte fue su razón, a pesar de las burlas que suscitaba en su humilde barrio, de mayoría afrodescendiente.
Por fuera de la academia y por fuera de los círculos oficiales empezó una carrera en la escultura. Cuentan otros artistas del MSI que las abandonaba en cualquier lugar para que las apreciaran los más humildes, a quienes quería transmitir un mensaje. No había duda que el chico de la sonrisa fácil y la alegría caribeña tenía una enorme capacidad para conectar con el público. Entonces, encontró también en el performance la mejor herramienta no solo de expresión sino de activismo político. Alguna vez quien se ha definido como un como "artivista" -mezcla de artista y activista “intentó cubrirse el cuerpo con excremento frente al Capitolio de La Habana para protestar contra el decreto 349, caminó durante días con casco de construcción tras la muerte de tres niñas al caer de un edifico en ruinas, y tal como se ha dicho, se pegó un mes la bandera de Cuba a su piel, contrariando las disposiciones que impiden utilizar los símbolos patrios. El gobierno lo acusa de ser "un mercenario al servicio de Estados Unidos" y montar "shows y farsas mediáticas".
"Patria y Vida", la canción de la protesta en Cuba
Algunos politólogos no dudan en señalar que en Cuba siempre hubo disidentes, pero la diferencia con Otero y el resto del MSI es que sus críticas al poder son frontales y abiertas, y sobre todo, han sabido explotar el desarrollo de internet para visibilizar sus acciones. El acceso a las redes sociales abrió en Cuba otro espacio de expresión en los últimos dos años. En Youtube, por ejemplo, está desde febrero, Patria y vida -contraposición a “ Patria o muerte” consigna de la revolución- donde Otero aparece con la bandera cubana en una breve aparición mientras se canta “¡No más mentiras! ¡Mi pueblo pide libertad, no más doctrinas!”. Uno de los cantantes, Maykel Castillo, el Osorbo, fue detenido el 26 de abril, lo volvieron a detener el 26 de mayo, y tras la intervención de la ONU se supo que estaba en la cárcel de Pinar del Río.
El domingo 11 de julio los cubanos salieron a la calle coreando "no tenemos miedo"
Esa canción se oyó tararear el domingo 11 de julio, cuando la gente dijo “no tenemos miedo” y cubrió el mapa de la isla con puntos señalando donde se realizó la protesta que terminó con cien detenidos, un muerto y sin internet. Los del MSI estuvieron allí: Amaury Pacheco y Manuel Costa Murúa, Iris Ruiz, José Daniel Ferrer, la líder de las Damas de Blanco Berta Soler, y muchos más. Ese día Otero se levantó muy temprano y convocó a sus seguidores al malecón. “Familia ahora mismo se calentó esta talla. Toda Cuba está en la pista. Convoque… Todo el mundo para la calle. Yo me voy para el malecón me cueste lo que me cueste. Ya está bueno de presos políticos, queremos democracia. Me voy para el malecón”. Y no ha regresado.
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