Luis Gilberto Murillo: ¿el candidato 2026 que pide pista?

Canciller Luis Gilberto Murillo: ¿el candidato para 2026 que empieza a pedir pista?

Veremos si Murillo, surgido del Chocó, toma la decisión de tirarse al ruedo presidencial para 2026. Aunque ya empezó a mostrar credenciales...

Por: Fredy Alexander Chaverra Colorado
agosto 21, 2024
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Canciller Luis Gilberto Murillo: ¿el candidato para 2026 que empieza a pedir pista?

El canciller Luis Gilberto Murillo tiene pinta de ser un candidato presidencial “ideal” de cara a la estrategia de la izquierda para el 2026. Son varios los factores que me llevan a pensarlo:

Primero, el canciller tiene un ethos de corte centrista que lo distancia de los sectores más radicales del petrismo; segundo, conserva cierto margen de maniobra en el establishment a raíz de su origen santista y su articulación con Washington; tercero, en el último año se ha convertido en un “hombre clave” para Petro, transitando de un fajardismo no consumado hacia un petrismo moderado; y cuarto, en una campaña donde seguramente la feminización tendrá mucha tracción, Murillo, con su historia de vida de negro surgido de las entrañas del medio San Juan chocoano para convertirse en hombre de estado, podría neutralizar ese vector identitario; eso sí, tendría que equilibrar con una fórmula vicepresidencial ajustada a las circunstancias.

No veo problemático que, por el momento, sea un personaje desconocido para una gran parte del país -no para el país político, claro está- , puesto que en la dinámica inmediatista que caracteriza una campaña presidencial, un aspirante puede pasar de ser un completo desconocido a una figura de alcance nacional en cuestión de días, y a eso apunta, sin lugar a dudas, una estrategia de posicionamiento en el Pacto Histórico a partir de una consulta interpartidista que no solo impulse las listas al Congreso, sino que además, le entregue al ganador o ganadora un pase directo a la segunda vuelta. 

En esas primarias medirán los pulsos candidatos y candidatas de tres perfiles; por una parte, los petristas con partida de nacimiento en la “causa”, tales como María José Pizarro, Carolina Corcho, Susana Muhamad, David Racero o Gustavo Bolívar; en el intermedio, los centristas que llegaron en el 2020 o que se sumaron al Gobierno en las primeras de cambio; entre ellos, Luis Fernando Velasco, Roy Barreras y el mismo Murillo; y por otra parte, los aliados cercanos a la “causa” pero -aparentemente- con rancho aparte, ellos son: Carlos Caicedo o Daniel Quintero.

No veo a Francia Márquez buscando enarbolar las banderas de la continuidad. 

Volviendo a Murillo, su perfil de petrista moderado podría resultar efectivo si el centro -como ya es habitual- no emociona, esto, le favorecería por un asunto de mero pragmatismo, mucho más si llega a una segunda vuelta a medirse contra un candidato o candidata de la extrema derecha. Aunque está por verse si el centro recorre la misma senda del fracaso hundiéndose antes del pitazo inicial. Con Claudia López en el tarjetón me permito dudarlo. Pero si Murillo llega a esa punto deberá cargar con el lastre de los fracasos del Gobierno, las promesas incumplidas, y sobre todo, su responsabilidad personal en el manejo de la crisis venezolana.

En la actual “mediación” ante el fraude electoral en Venezuela el canciller tiene claro que se juega tanto su paso a la posteridad como su imagen presidencial; o queda como un demócrata que no le comió cuento al atrincheramiento del dictador; o queda como el cómplice del fraude y la represión. El tema Venezuela, como para variar, volverá a tener un papel central en la próxima contienda electoral, ya sea para exacerbar miedos o para socavar candidaturas.

Pero a un año largo de empezar esa campaña presidencial, las condiciones de Murillo podrían cambiar; es decir, se podría radicalizar -por algún motivo- en el discurso de Petro abandonando sus formas conciliadoras, si esto llegase a pasar, creo que perdería su principal atractivo en una elección donde la izquierda debe jugar a la moderación y no caer en el extremismo.

Ya veremos si aquel negro surgido de las entrañas del medio San Juan chocoano para convertirse en hombre de Estado -un perfil reivindicativo muy en la línea de la retórica petrista- toma la decisión de tirarse de nuevo al ruedo y medirse en las urnas. De que lo está pensando, lo está pensando. Eso no lo dudo.

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