No ha sido un buen arranque del 2022. En realidad ha sido un arranque de pesadilla. Primero fue el desastre de la selección Colombia. Dos malditos perdidos perdidos. Dos partidos que no se podían perder. Pero los perdimos, con un planteamiento además cobarde, timorato, un sello de Reinaldo Rueda en este nuevo ciclo del técnico, un desastre. Y luego el estrellón de Egan, 20 fracturas. 11 costillas. Su futuro en vilo. Pero si algo ha demostrado este país es resilencia.
Lo de Luis Diaz en el Liverpool, en su primer partido como titular, es electrizante. Contra el Cardiff hizo un pase gol el domingo. Y ahora ante el Leicester no le pesó ser por primera vez ser titular. En el primer tiempo demostró movilidad e incluso arrastró la marca en el tiro de esquina que terminaría en el primer gol del Liverpool. En el segundo tiempo tuvo mas participación, se asoció con los delanteros e incluso tuvo dos opciones claras, un remate de fuera del área y luego un mano a mano que se lo tapó el arquero danés.
Diaz fue un espectáculo, jugó 80 minutos. Jugó de titular porque Mané y Salah jugaron la final de la Copa Africana. Diaz sabe que necesita aprovechar los minutos que le dé el técnico alemán Jurgen Klopp. El aplauso en Anfield fue unánime. Sí, es hermoso y alcanza a consolarnos la belleza de ver a Diaz en la cima del mundo.
Lo que si va a ser muy triste que Diaz no llegue al mundial por culpa de la cobardía de Rueda. Nos conformaremos con verlo brillar en Inglaterra.Ver, además, a Egan caminando por sí mismo también es una invitación al optimismo. De pronto podremos cambiar el sino de lo que parecía ser el peor de los años.