Luis Arce y Carlos Mesa, la disputa por la silla de Evo

Luis Arce y Carlos Mesa, la disputa por la silla de Evo

Este domingo finalmente serán las elecciones presidenciales de Bolivia después de casi un año de convulsión política tras la renuncia de Evo Morales. ¿Quiénes son estos dos rivales?

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octubre 16, 2020
Luis Arce y Carlos Mesa, la disputa por la silla de Evo

“A la tercera va la vencida”, dice el refrán español, y las elecciones de Bolivia tienen mucho de ello. Después de tres aplazamientos desde el 3 de mayo, los bolivianos van por fin a las urnas el domingo 18 de octubre para elegir presidente y zanjar de una vez por todas la crisis que dividió al país tras la renuncia de Evo Morales hace 11 meses. Lo hacen en medio de una polarización enorme, étnica y política, de fuertes tensiones, y una pandemia que ha cobrado la vida de 8.326 personas.

Dos candidatos puntean las encuestas, Luis Arce, el hijo político de Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), que busca ganar en primera vuelta con el 50 % de los sufragios o el 40 % y una ventaja de 10 puntos sobre quien le sigue, que es el expresidente Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, de centro, y con quien eventualmente deberá dirimir la presidencia en segunda vuelta.

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Luis Arce, hijo político de Evo Morales, del Movimiento al Socialismo (MAS), busca ganar en primera vuelta

Luis Arce Catacora, el eterno ministro de Economía de Evo Morales está enfrentando el doble reto de alcanzar la presidencia y con ello el regreso al poder del expresidente exilado en Buenos Aires. Arce es conocido y reconocido internacionalmente como el arquitecto del llamado “milagro económico boliviano” que sacó al país del hoyo negro de la economía, que la cuadruplicó en 13 años, y que redujo el porcentaje de la pobreza extrema a la mitad.

Lucho es del círculo íntimo de Evo Morales, con él buscó el exilio en México, con él se refugió en Buenos Aires. El dedo de Evo lo señaló como su candidato, contra un MAS dividido que se tuvo que conformar con el excanciller aimara David Choquehuanca, como fórmula vicepresidencial. Fue su carta para ganar el favor de la clase media y los bolivianos moderados, que ven en el economista paceño de 56 años al ministro estrella que los acercó el bienestar, ajeno a los duros enfrentamientos políticos.

Cuenta The Wall Street Journal que Arce se preguntaba en su adolescencia por qué un país rico en recursos naturales como Bolivia estaba sumido en la pobreza. El hijo de los maestros de escuela creyó encontrar la salida en los partidos socialistas a los que se unió después de haber estudiado Economía en la Universidad Mayor de San Andrés y haber ido a Coventry en Inglaterra para hacer un posgrado en la Universidad de Warwick. Hoy es un autoproclamado socialista que cita a Marx y Engels, aunque algunos, como el diario económico estadounidense, lo llaman un neoliberal que no ha salido del clóset.

Lo cierto es que Arce pasó 19 años en el Banco Central de Bolivia bajo presidentes fiscalmente conservadores, y un libreto ortodoxo de presupuestos equilibrados. Las reservas alcanzaron USD 15.000 millones, momento el que el FMI señaló que era uno de los niveles más altos del mundo en relación con el tamaño de la economía. Y de la inflación se dijo que “ha sido contenida a niveles que mantendrían a Milton Friedman descansando en paz en su tumba”.

Se apoyó en los grandes ingresos de los hidrocarburos que por aquella época alcanzaron precios de bonanza. Las empresas energéticas extranjeras empezaron a pagar 32 % más en impuestos y regalías. El gas que Bolivia vende a Brasil y Argentina fue el gran sustento. Tasas de crecimiento de alrededor del 5 % desde el 2006 son la joya de su hoja de vida, en la que se lee ministro de Economía del 2006 a julio del 2017, y desde enero hasta noviembre del 2019, en los tres periodos presidenciales de Evo Morales. Los meses de receso se deben a un cáncer de riñón que lo llevó a Brasil a buscar la cura de su enfermedad. Fue en estos momentos cuando el ministro, conferencista de Columbia, Harvard, Georgetown, Chicago, encontró el apoyo de su esposa Lourdes Durán, subgerente regional de banca, empresas y pymes en el estatal Banco Unión.

Ahora, el basquetbolista universitario, está en el “todos contra Lucho”, en el que espera evitar el balotaje con Carlos Mesa.

Una vez más Mesa, paceño, 67 años, alumno de los jesuitas, vuelve al ojo de la política con la sombra de Evo Morales.

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Carlos Mesa llegó a la presidencia de Bolivia en 2003 tras la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada, el Goni

En la política ha estado desde principios de este siglo cuando siendo documentalista -Bolivia siglo XX- cineasta, escritor -Jonás y la ballena rosada-, columnista, académico, historiador decidió ese 2002 cambiar de rumbo y lanzarse a la política de la mano de su mentor Gonzalo Sánchez de Lozada, el Goni, y aceptar ser candidato a la vicepresidencia por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). La fórmula le ganó a un indígena aima llamado Evo Morales.

Un año después, la revuelta social que se conoce como “octubre negro” en la “guerra del gas”, obligó al exilio al Goni. Mesa llegó, entonces, al Palacio Quemado. Por poco tiempo. El 6 de junio del 2005, sin apoyo parlamentario, presionado por el diputado Morales que no aceptó sostenerlo, y los movimientos autonomistas del Oriente con Santa Cruz a la cabeza, Mesa renunció. Protestas callejeras de las últimas tres semanas en La Paz, El Alto y Santa Cruz, bloqueos de las carreteras llevaron a Bolivia” hasta un nivel insostenible” dijo el propio Mesa en un discurso televisado. 601 días de poder quedaron reflejados en Presidencia sitiada, que escribió en el 2008 mientras sus detractores del MAS lo tildaban de “el último presidente neoliberal en la historia de Bolivia”.

De su retiro lo sacó Evo para que se pusiera al frente de la demanda marítima contra Chile en La Haya. El fracaso del 2013 lo dejó de vuelta a la literatura, a los temas audiovisuales y hasta a un blog donde escribe de deportes. Pero en agosto de 2018, en una reunión con amigos y asesores se planteó regresar al ruedo político. Otra vez se trataba de ganarle a Evo Morales que llevaba 14 años de poder y había superado todos los récords de permanencia de Hernán Siles Zuazo y Víctor Paz Estenssoro.

Los comicios se realizaron el 20 de octubre del 2019 y en ellos obtuvo 2.240.920 con su coalición Comunidad Ciudadana – Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) y Soberanía y Libertad para Bolivia -, la segunda votación para ir a balotaje con Evo Morales. Pero fueron anulados entre clamores de fraude que desencadenó manifestaciones violentas con un saldo de 36 muertos, la renuncia Morales y su exilio. Como en una reedición, en las elecciones del 18 de octubre, Mesa está de segundo en las encuestas a siete puntos de Luis Arce. Pero hay una diferencia: 23 años después, seis elecciones y una sola derrota, Evo Morales Aima no está en el tarjetón.

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