En el club de Ecopetrol cada noche, sin importar si hay partido o no, las luces de la cancha de béisbol permanecen encendidas hasta las 10. Resulta paradójico que la empresa más emblemática del país, en donde sale buena parte de nuestra energía, despilfarre luz eléctrica en esta época de sequía.
No sé bien cuanta energía se gasta cada noche pero iluminar el kilómetro cuadrado que tiene la cancha debe costar sus cientos de miles de litros de agua. Lástima que sólo los fantasmas asistan cada noche a ver correr el viento sobre el césped de una cancha vacía y completamente iluminada