En marzo del 2012 todos los males cayeron sobre Lucero Cortés. La Corte Suprema de Justicia la condenaba a 5 años de prisión por tráfico de influencias. La actriz, que protagonizó éxitos como Por qué mataron a Betty si era tan buena muchacha y de San Tropel, había escuchado el canto de las sirenas y no pudo resistir caer en la tentación de hacer política. Uribista reconocida y orgullosa, fue vicepresidenta de la U en el 2006, en el momento de más alta popularidad del expresidente. Un año antes salió elegida como Representante a la Cámara. Desde el 2011 pagaba detención domiciliaria en este apartamento del barrio El Nogal
Lucero Cortés en su época más feliz al lado de Uribe en la política
La tormenta pasó. Su esposo, Manuel Arturo Rincón Guevara fue enviado en el 2013 a La Picota por una estafa de 1.800 millones de pesos. Ahora están juntos, viviendo de las cenizas de lo pasado, junto a Gabriel y Emilia, sus hijos. Emilia se graduó del 2017 en el Liceo Francés y salió del país a estudiar en España Relaciones Internacionales.
Lucero Cortés recuperándose del COVID
Creció en una familia caleña conservador. Su carrera de actriz fue breve pero muy exitosa. A los 24 años debutó en 1988 en San Tropel y terminó en el 2003, con 39, en Padres e Hijos. De ahí dejó todo por la política, hipnotizada por el encanto de Álvaro Uribe de donde fue uno de sus alfiles más representativos y en donde fue elegida durante dos veces congresista.
Lucero, después de 17 años fuera de las cámaras, y al parecer con las heridas cerradas, de las que agradece a Dios por haber fortalecido su carácter, reaparecerá en una telenovela llamada Antes del Fuego. Pero antes tuvo que sobrellevar la dureza del COVID quien la atacó durísimo tal y estuvo a punta de llevársela, tal como cuenta con sus propias palabras en su perfil de Facebook:
Queridos amigos, familia y seguidores en redes, quiero participarles mi regreso a casa después de muchos días en la UCI y tratamiento en clinica a causa de mi contagio con Covid, fueron días muy duros donde sentí la presencia de Dios en mi situación de salud para continuar con vida.
Fueron momentos de total aislamiento sin ver ni saber nada de mi familia y rodeada de personas muy enfermas a quienes escuchaba en sus delirios conectadas a un tubo de respiración que los mantenía con vida, momentos de mucho miedo, incertidumbre y reflexión, hoy,soy testimonio de los milagros que ocurren por la fe, la oración y apegarse a las promesas de nuestro padre celestial.
Hoy ya en casa, comienzo mi recuperación agradeciendo las llamadas, mensajes, cadenas de oración por mi salud y todas las demostraciones de cariño de tantas personas. Esta pandemia deja muchas enseñanzas sobretodo para los sobrevivientes, pero para el resto? El asintomático, el que solo sintió una gripe y ya, o quien no ha sido contagiado aún pero ha visto morir mucha gente a su alrededor, sigue siendo la misma persona?
Veo las redes y siento que pocas personas tienen la intención de ser mejores seres humanos, mi reflexión es para humanizarnos más, ser más solidarios, más empaticos y humildes de corazón,dejar el juzgamiento, la crítica y mejorar tantas cosas en nuestro interior. Salgo agotada pero con mucho ánimo y gratitud por esta nueva oportunidad de vida deseando cada vez ser una mejor versión de mi misma para el agrado de Dios y de quienes me rodean.
Lucero Cortés recuperándose del COVID
