El 13 de marzo, Francia Márquez sacó 783.160 votos, por encima de Alex Char, Juan Manuel Galán, Jorge Enrique Robledo, Sergio Fajardo, hombres acuñados en la política. Ella para sorpresa de muchos, incluido Gustavo Petro quien hasta ese momento la había ignorado como su posible fórmula vicepresidencial, fue la tercera votación más alta del país.
Sin maquinarias políticas, ella demostró que sus propuestas recogían las voces de los pueblos afro, de los ambientalistas, de las comunidades víctimas del conflicto armado, de las feministas, y que su agenda propia, independiente, la convertía en una de las fuerzas políticas más importantes del país.
Francia Márquez fue la primera mujer negra en ser candidata presidencial en Colombia alrededor del lema Soy porque somos y hoy es la primera vicepresidenta negra de la historia del país.
Ella, quien puso en el centro de su discurso la colectividad, la cultura de los pueblos negros, y su lucha por la protección de la naturaleza, construyó una figura a través de su ropa, de su peinado y de un tono radical en contra del clasismo, el racismo y el machismo, que capturó a unos votantes fieles en las consultas interpartidistas, quienes le volvieron a dar su voto el domingo pasado.
Muchos de ellos, tal vez no lo hicieron por el Pacto Histórico y sus cuestionados integrantes, sino por ella; una mujer negra que representa a los excluidos.
Nacida en un corregimiento golpeado por la minería, las guerrillas y la inasistencia estatal, quien después de salir de su pueblo y trabajar como empleada doméstica en la ciudad, pudo estudiar Derecho siendo ya militante de un movimiento que libró batallas legales para ganarle a multinacionales mineras como la AngloGold Ashanti, Francia es hoy la cara en el poder de quienes ella llama “los nadie”.
Una mujer que sin dinero demostró que se puede hacer política sin comprar votos y sin renunciar a su cultura, a su color de piel, a su negritud, y supo resistir al racismo que recibió desde los medios de comunicación y las redes sociales. Sabe que la vida se sostiene gracias al cuidado que muchas mujeres ejercen sin remuneración ni reconocimiento cuando se encargan de la crianza, de los alimentos, de los enfermos, del sostén del hogar.
Propone una política de género en la que las mujeres tengan derecho a decidir sobre sus cuerpos y que reconoce el trabajo sexual cómo trabajo; que le apuesta a la legalización de las drogas y no al prohibicionismo, y que sabe que el sistema carcelario como existe, es un sistema fallido.
Francia está convencida de que nosotros, humanos, somos parte de esta naturaleza no sus dueños y que nuestra misión como colombianos es cuidar de la que tenemos alrededor.
Por eso, la fuerza política de Francia Márquez está aislada de lo que representa Hollman Morris, Roy Barreras, Gustavo Bolívar y los otros hombres del Pacto Histórico que no encarnan el espíritu de lo que ella ha sabido comunicar, pues este movimiento político ha demostrado tener lo que muchas llaman “machos progre”, hombres con ideas progresistas pero que siguen replicando el machismo, el racismo y el patriarcado que desafía Francia.
Ella se ganó el protagonismo en estas elecciones porque debatió y no se dejó callar. Los votos de Francia, son los votos de Francia, y es tal vez la primera vez, que una fórmula vicepresidencial le suma votos a un candidato más allá de la disparidad que sientan sus votantes con quien encabeza la campaña.
Francia Márquez es la nueva vicepresidenta y ojalá que la voz que ha sabido construir y defender, tenga el protagonismo que la trajo hasta aquí para que el poder no logre eclipsarla.
Vea el video completo de la entrevista con Francia Márquez aquí:
https://m.youtube.com/watch?v=0OYgIrpxHHM
