Algunos nombramientos hechos por el gobernador de La Guajira, Nemesio Roys, han generado algunas sospechas, en particular el del secretario de Obras Públicas del departamento, Aldo Gustavo Annicchiarico, excontratista de la gobernación y un viejo conocido tanto de Roy como de su círculo político.
Se trata del mismo hombre que de la mano de su cuñado, el también contratista Nelson Molinares, habría dejado inconclusas al menos dos obras en el norte del departamento, que fueron pagadas con dinero de los guajiros y que debía ser invertido en su bienestar, pero que ahora pueden ser elefantes blancos.
Sin embargo, aquel no sería su mayor pecado. Una diciente fotografía publicada por Annicchiarico el pasado primero de enero en sus redes sociales, horas después la posesión del gobernador Roys, tiene como personajes a él y a la exgobernadora (e) de La Guajira y jefa de campaña de Nemesio, Tania Buitrago.
La exmandataria se mantiene en el centro del huracán por la investigación que le sigue Procuraduría por intentar sacar a licitación de manera aparentemente irregular el proyecto vial denominado Francisco el Hombre, por valor de 1,2 billones de pesos.
Aun más preocupante es el texto que acompaña la citada foto: “Somos equipo @taniabuitragog mi jefa y CALSÑ mi jefe y amigos” (sic). La afirmación no solo deja en el aire que Buitrago es una especie de poder en la sombra, sino que la misteriosa sigla destapa algo más.
CALSÑ es una clara referencia a Carlos Alberto Lopesierra, más conocido como Ñeco, hermano de Santander Lopesierra o el Hombre Marlboro, provenientes ambos de una estirpe con antecedentes en el narcotráfico y el contrabando. Santander aún purga su pena en una cárcel de Estados Unidos, país al que fue extraditado junto a dos de sus hermanos.
Ñeco salió en los últimos meses a la luz pública por haber sido señalado de haber estado detrás del polémico contrato de bilingüismo que, contra viento y marea pretendía adjudicar el gobernador (e) Wilbert Hernández Sierra y por el que resultó suspendido por la Procuraduría.
Ñeco se encarga de unir intereses: los pliegos salen de los entes territoriales guajiros, donde él mantiene plena influencia. Luego, buscaría a los contratistas para ejecutarlo, todo aparentemente a cambio de una jugosa comisión, según fuentes en el departamento. Ñeco sería el verdadero arquitecto de las licitaciones de La Guajira.
Tampoco es casual que Tania y Ñeco aparezcan aquí juntos: además de cómplices, son pareja sentimental. Ambos pertenecen a la corriente política del representante a la Cámara Alfredo Deluque, con gran influencia en el departamento y padrino político del gobernador.
En la casa de la exgobernadora Buitago han tenido lugar reuniones —donde Ñeco es también anfitrión— y donde políticos y contratistas de vieja data se dan cita. En al menos una ocasión también estuvo un representante de los organismos de control.
Ese fue el caso de José Jaime Vega Vence, excontralor de La Guajira, quien fue fotografiado junto con Tania y algunos contratistas, entre ellos Annicchiarico, en medio del fervor de la pasada Copa América. La imagen se publicó en las redes sociales de Buitago y, aunque a los pocos minutos fue borrada, su divulgación no se detuvo. Ahora es Annicchiarico quien debe indicar qué es lo que quería decir con su explicita mención a sus “jefes”, Ñeco Lopesierra y Tania Buitago.
