Los colombianos aún no salen del guayabo de la borrachera por el triunfo del presidente Gustavo Petro, cuando este, al estilo de los gobiernos que lo precedieron, aprovecha la oportunidad para tomar decisiones controvertidas, entre ellas: i) Anunciar no contraer nuevos contratos de exploración y explotación de yacimientos de gas, cuyo desabastecimiento pondría a Colombia a depender del gas de Venezuela: “Si habiendo superado esas reservas de gas, que nos explican es a siete u ocho años, aún necesitáramos llenar nuestra matriz energética, se podría hacer con esa conexión que pudiéramos de transporte de gas con Venezuela”, dijo la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, y ii) La radicación de una reforma tributaria.
Sobre la tributaria radicada por el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, se pronunció el exsenador y dirigente del Partido Dignidad, Jorge Robledo, en un hilo de Twitter que denominó “Pedagogía tributaria”, que por la profundidad de su análisis debe ser tenido en cuenta, no solo por los colombianos, sino por la coalición gobiernista. Robledo recuerda que “hace 350 años, Jean-Baptiste Colbert, ministro de Luis XIV, dijo que una reforma tributaria ‘era el arte de desplumar al ganso sin que chillara demasiado’. Las reformas tributarias contra los pobres se presentan en nombre de una causa ‘noble’”. Explica que la clave para descifrar una tributaria es “distinguir entre impuestos DIRECTOS (progresivos) e INDIRECTOS (regresivos, al consumo). La Constitución de Colombia ordena que los impuestos sean progresivos. Los directos gravan más a los adinerados; y los indirectos castigan más a los de menos ingresos y durísimo a los más pobres. ¡Los impuestos a la comida son indirectos y brutales contra los pobres porque comen menos!”.
Continúa Robledo: “Es FALSO que los impuestos al consumo –IVA y demás– los pagan los productores... Lo que hacen los productores –de lo que sea– es trasladar esos impuestos a los consumidores. El azúcar en exceso, y sin ejercicio o poco, puede ser dañino. El debate es cómo atender el problema. ¿Con más impuestos al consumo y más pobreza o –como creo– mejorar la dieta, y más ejercicio? Es igual con otros alimentos… El IVA a las gaseosas es altísimo, del 19 %, y se siguen consumiendo por millones en los sectores populares, donde ese 19 % significa comer menos y aguantar más hambre... ¡El pago por IVA en 2021 fue de $46,6 BILLONES!, en 2020, $39.4 billones y en 2019, $44.2 billones, y casi todo lo pagan los pobres y clase media. Para ese cobro REGRESIVO los neoliberales no usaron pretextos de salud pública. ¿Cuánta comida sana NO se compró por ese IVA?... $600.000 millones en IVA de 19 % a las gaseosas (2021), pagados por pobres, paupérrimos y clases medias. Más del 50 % de los impuestos que se pagan en Colombia son INDIRECTOS (IVA, combustibles, etc.), es decir, REGRESIVOS e inicuos y detestables porque caen con la misma fuerza sobre quien no tiene nada que sobre quien tiene mucho”, concluye Robledo.
Al mantener el IVA, los impuestos regresivos caracterizan esta tributaria que golpeará muy fuerte a la población. Además, califica como rico a un profesional que le ingresen $10 millones mensuales, sobre quien recaerá también el peso tributario; por primera vez se gravarán pensiones de $5.8 millones, dice el articulado; y al Sena y al ICBF se le recortan $2.1 billones en el presupuesto. ¡Lejos quedó el Petro que chillaba!