El 1 de agosto pasado se cumplieron cinco años de la entrada en vigencia del Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Colombia y la Unión Europea (UE), negociado por Uribe y ratificado por Santos. Tanto el gobierno colombiano, como la Delegación de la Unión Europea en Colombia, realizaron un balance superlativamente positivo sobre los impactos que está teniendo para la economía nacional.
Sin embargo, las cifras del Dane y del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo parecen no coincidir con el entusiasta discurso oficial. En el lustro de vigencia del acuerdo comercial, las exportaciones colombianas a ese bloque cayeron 41,4 %. Entre tanto, las importaciones desde la UE cayeron 13,8 %, pero aun así la balanza comercial pasó de ser superavitaria en USD 1678 millones a deficitaria en USD 1138 millones. Por cuenta de esta situación, Colombia ha perdido USD 2816 millones en comercio con la UE desde que entró en vigencia el TLC.
La cacareada diversificación productiva tampoco se ha dado. Según las cifras del mismo gobierno colombiano, en este periodo apenas se han logrado 11 nuevas subpartidas exportadas y –aunque ha disminuido- la concentración de exportaciones por empresas se mantiene muy alta (2441 puntos en el índice de Herfindahl-Hirschman). En la actualidad el 67 % de lo que exporta Colombia a este bloque sigue concentrado en productos tradicionales como café, petróleo, carbón y níquel, y el aumento de las exportaciones llamadas NO tradicionales, se explica principalmente por el aumento de las ventas de banano, que corresponden al 40 % de las ventas de este grupo de productos. En cambio, el 95 % de lo que se compra a la UE son bienes industriales con mayor valor agregado, lo que explica que en este sector el déficit comercial acumulado sea de USD 31 538 millones, poniendo en jaque la existencia de empresas y trabajos de esta importante rama de la producción nacional.
No puede quedar por fuera de este balance el hecho de que, gracias al Acuerdo de Protección de Inversiones, firmado por Colombia con España en 2005, las multinacionales Odebrecht, Telefónica y Gas Natural Fenosa, han demandado al país por $11,2 Billones, o el equivalente a tener que subir el IVA a 24 % para poder pagarle a estas cuestionadas empresas.
Se puede coincidir en que quizás la cooperación es insuficiente y desigual,
si se comparan los $ 900 000 millones entre 2014 a la fecha,
con los $7,9 billones en pérdidas del comercio y los $11,2 billones en demandas contra Colombia
Sin duda, la ayuda europea al proceso de paz es valiosa y necesaria, tanto en lo político como en lo económico. Así lo es también la cooperación en su conjunto. Pero se puede coincidir en que quizás es insuficiente y desigual, si se comparan los $ 900 000 millones de cooperación entre 2014 a la fecha, con los $7,9 billones en pérdidas del comercio y los $11,2 billones en demandas contra Colombia.
Los “valores fundamentales de la Unión Europea”, contenidos en el Tratado de Lisboa (2007), y los principios de lucha contra la pobreza en su cooperación son bonitas intenciones. Son útiles, más que nunca en tiempos del resurgimiento de la xenofobia y la discriminación en algunos sectores políticos a nivel mundial. No obstante, es momento de entender que los valores que prevalecen en las relaciones de Colombia con este bloque son los números de los negocios, y en estos la balanza está inclinada en favor de la UE. ¿Habrá forma de moverla?
Twitter: @mariovalencia01