En muchos sentidos, la educación consta de un conjunto de prácticas muy conservadoras ejercidas por un conjunto de instituciones de carácter también muy conservadoras. La manera de educar siempre ha estado orientada en la formación repetitiva de ciencias y campos del conocimiento que tienden a premiar los datos fríos, y la credibilidad, reposa sobre la demostración de los hechos medibles, observables y cuantificables.
Muchos conservadores exigen que dejemos las cosas como están, quizás adopten esta postura porque respetan lo que se ha hecho en el pasado, pero también puede que la adopten solo porque les incomoda el cambio. Ese cambio debe empezar a tomarse en serio en las aulas de clase en la Educación Superior en Colombia, sobre todo ahora que el país conoce los tristes resultados en las últimas pruebas Pisa 2012.
Para que la educación ascienda de la mano con los logros alcanzados por la humanidad en general, muchos autores, incluyendo al padre de las Inteligencias Múltiples, el psicólogo norteamericano, Howard Gardner, sugiere apostarle a un trabajo que oriente la manera de pensar y aprender de los jóvenes, que trabaje en su mentalidad. Esta orientación, estaría enmarcada en el trabajo de la mente de cada futuro profesional, entendiendo que la educación del futuro deberá ayudar a más personas a comprender las mejores cualidades de los mejores seres humanos.
Para ello, la educación debe empezar a cultivar la disciplina como la mejor manera de pensar y trabajar, una mente que esté disciplinada en dos sentidos, el primero debe dominar las principales formas distintivas de pensar que ha creado el ser humano, la ciencia, las matemáticas y la tecnología; pero también el pensamiento histórico, artístico y filosófico.
La mente deberá aprender a ser sintética. Los psicólogos sugieren que cuando no encontremos ante una cantidad excesiva de información, deberemos ser capaces de resumir con precisión, sintetizarla de una forma productiva. Allí estaría la clave para poder desarrollar mejor nuestras funciones.
Creativa: en un futuro, se tendrá en gran estima a las personas que puedan ir más allá de la síntesis disciplinaria e interdisciplinaria, para producir nuevos fenómenos, nuevos problemas y nuevas preguntas y puedan contribuir a la solución. Por lo menos hasta que se presente uno nuevo.
Dos formas de manejar la mente correctamente hacia una educación del futuro, estaría orientada a trabajar en los estudiantes el respeto y la ética. A menos que respetemos mutuamente y valoremos nuestras diferencias, lo máximo que podemos esperar es una paz precaria. De esa misma forma, el respeto se da entre las personas; la ética se ocupa de la forma de la sociedad. Debemos educar y en el fondo inspirar, a los jóvenes para que deseen vivir en un mundo marcado por la integridad y guiado por el desinterés, y para que estén dispuestos a asumir la responsabilidad de lograr este objetivo.
La aplicación de estas propuestas, que tienen su origen en el proyecto Cero de la Universidad de Harvard, podrían explicar en el contexto colombiano, que la disciplina, la síntesis y la creación se pueden aplicar a todo tipo de fines, aunque sean descabellados, pero es mucho menos probable que estas infamias ocurran si también hemos cultivado el sentido del respeto y de la ética en todos nuestros estudiantes.