Ante la frivolidad de la cultura de los medios que inoculan el sedante de la distracción de los fuegos fatuos para adormecer a las mayorías frente los grandes problemas del país, tenemos tres personajes que sobresalen de lejos en escenario del 2015.
El primero es, sin lugar a duda, la negociación del conflicto armado con las Farc en La Habana que, con el acuerdo de la Justicia Transicional, en lo que tienen que ver con el sistema integral de verdad, justicia, reparación y no repetición, más la carga de profundidad que le dio el acuerdo para la creación del Tribunal de la Verdad, constituyen, en gran medida, un gigantesco paso adelante en las negociaciones, de tal manera que podemos decir con satisfacción que ahora sí hemos entrado en tierra derecha, aunque se puedan presentar incomprensiones pero, como decía De La Calle, estamos en un punto del río donde es más difícil devolverse que alcanzar la otra orilla. Así las cosas, estamos a punto de alcanzar la tierra prometida, es decir, conquistar la posibilidad de hacer política sin el infierno de la guerra, donde el despliegue del movimiento de masas se pueda realizar sin la criminalización, el hostigamiento, los falsos positivos judiciales, la persecución, el encarcelamiento y hasta el asesinato de dirigentes de las protestas ciudadanas que reclaman sus derechos constitucionales y legales. Por eso me parece que los Diálogos de Paz y los correspondientes acuerdos alcanzados en La Habana, se constituyen en el primer personaje del año.
El segundo protagonista fue La Corrupción. Es indiscutible que nunca antes había sido tan ostensible y cínica. Para botón de muestra están los casos del Presidente de la Corte Constitucional, el Director de la Policía Nacional, y el robo de 1.4 Billones de pesos de los colombianos en Saludcoop, y su liquidación sin que se tenga noticia quién va a responder por el dinero y, además, sin la plena seguridad de que el problema de fondo de la salud va a ser resuelto definitivamente. El país navega en el mar de una corrupción insondable desde hace mucho tiempo, pero ahora ha tocado las tres joyas de la corona de un estado democrático : la Justicia, la Policía y la Salud. De tal manera que es irrefutable este segundo personaje del año. Si a esto le agregamos que de los alcaldes electos en Antioquia el pasado 25 de octubre, 32 está siendo investigados por la Fiscalía, empezando por el Gobernador Luis Pérez Gutiérrez, ¿que podemos esperar de la implementación de los acuerdos de La Habana en el Posconflicto?
El tercero, como si fuera un Bufón de la Corte, es el salario mínimo legal que se aplicará por decreto sin anestesia. Una burla irritante. Un escarnio. Como cuando Jesús crucificado clamaba por agua y le dieron la hiel de la amargura. Según el DANE la canasta familiar vale 1.400.000, y el salario mínimo quedó en 690.000, es decir, media canasta familiar. ¿Cómo les parece el batido?
Así las cosas, al pueblo no le queda otra perspectiva para el 2016 que la lucha de masas organizada, unitaria y combativa.
