El 12 de abril del 2006 a las 3 de la mañana, una avalancha sacudió la vereda Kilómetro 40 y Bendiciones, del distrito de Buenaventura,y dejó a más de 200 familias sin hogar. La tragedia tapó la carretera Cabal Pombo, una de las responsables del 70% del comercio del país. Por esta razón, el gobierno llegó horas después a destapar el paso y a rescatar a las víctimas.
Desde ese entonces, el alcalde del momento, Saulo Quiñonez, llegó al lugar de los hechos con su equipo a auxiliar a las personas que quedamos vivas. Siendo las 9 de la mañana nos trasladaron al coliseo de la ciudad de Buenaventura. Nos brindaron ayuda, comida, ropa, colchonetas y agua.
En ese momento llegó el presidente Álvaro Uribe Vélez y nos dijo: “me comprometo con ustedes a entregarles nuevas viviendas en el transcurso de 3 meses, alimentación y subsidio de arrendamiento”.
Los 3 meses se han convertido en 10 años de espera y de sufrimiento. Muchas personas se quedaron a la espera de su casa. Otros tuvimos la oportunidad de recibir las viviendas que nos entregó la alcaldía. Fue el pasado 23 de diciembre a través de Prevención y Desastres y algunos funcionarios de la alcaldía (sin la presencia del alcalde Bartolo Valencia Ramos porque estaba preso) que nos entregaron las anheladas llaves. La gente estaba emocionada por abrir sus casas y la gran sorpresa es que no tenían ni agua ni energía. Sin embargo, debido a la necesidad la gente se quedó en su vivienda. Transcurridos 5 meses del año, después de recibir las llaves, las casas todavía no tienen agua. Tenemos puestos de salud, colegios, pero todo está cerrado por la falta de estos servicios.
Adicional a eso, en el primer mes nos llegó el recibo de la energía por 80 mil pesos cuando no había luz. Pero ¿cómo íbamos a consumir 80 mil pesos de energía imaginaria? No lo entendemos aún, los recibos los tiene el representante de la comunidad para poner el denuncio ante la EPSA.
A raíz de la desesperación decidimos salir a las vías a protestar. Logramos llamar la atención de la directora nacional de Gestión de Riesgos Margarita Bello, quien llegó al lugar de los hechos al otro día. Vaya sorpresa que nos llevamos los damnificados al ver que esta señora, por el contrario de colaborarnos, nos perjudicó. En menos de una hora dio la orden de suspender a todos los vigilantes de la vereda.
Entonces ahora, nos quedamos sin servicios y sin vigilancia. El alcalde actual, Eliécer Arboleda Torres, nos prometió pronta solución a los problemas. 10 años después no perdemos la esperanza de que nos van a solucionar estos problemas, básicamente porque no tenemos otra opción y porque merecemos una vivienda digna, como cualquier ser humano.