Hugo Chávez se propuso durante sus doce años de gobierno expropiar a los empresarios venezolanos para repartir sus fortunas entre los pobres. Muchos ricos salieron del país sin lograr salvar los negocios. Otro grupo decidió pragmáticamente acomodarse a las condiciones del chavismo y aprovechar las circunstancias sin entrar en mayores contradicciones políticas. Unos pocos lo apoyaron abiertamente.
Miami fue uno de los principales destinos de estos capitales. En la mitad del gobierno Chávez, en el 2005, el número de venezolanos radicados en la Florida se había duplicado, llegando a las 160.000 personas. Las tres cabezas de las familias más acaudaladas se quedaron en Caracas y soportaron vaivenes económicos y políticos, y agresiones verbales. Hoy Cisneros, caraqueño de ascendencia cubana, vive en Miami, Escotet, hijo de madre asturiana y padre leonés reside en la ciudad vieja de La Coruña, y Mendoza nacido en Caracas, se la pasa entre Portugal y Madrid donde tiene una vivienda imponente frente a la plaza de Neptuno. Los tres mantienen sus negocios en la Venezuela de Maduro.
Juan Carlos Escotet es hoy el único venezolano entre los más ricos del mundo, según Forbes
Juan Carlos Escotet, que preside el banco Banesco, sufrió las embestidas de Hugo Chávez, pero supo torearle tanto que llegó a compartir con él helado enviado por Fidel Castro desde La Habana. Banesco es su banco venezolano, pero se hizo también al Etcheverría y al Novagalicia de España –la fusión nacionalizada de las cajas gallegas–, a la que cambió el nombre por Abanca-.
En Venezuela dicen que Escotet es un hombre hecho a sí mismo, pero enriquecido por Chávez, pues fundó en 1986 una casa de corretaje con su trabajo y el apoyo de algunos poderosos de Venezuela, y gracias al éxito de esa empresa pudo comprar varios bancos a precio de oportunidad durante la crisis económica venezolana en los 90, fundiendo a Banesco el Banco Unión donde empezó como mensajero a los 17 años. Su gran salto lo dio durante la revolución bolivariana de Chávez. Escotet pescó en río revuelto y salió triunfador.
Muchos banqueros se hicieron ricos durante esa época porque le prestaban dinero al gobierno, que a su vez estaba confiado en que el precio del petróleo se mantendría por las nubes perpetuamente.
Escotet Rodríguez aprovechó su cuarto de hora y diversificó el negocio llevándolo a otros países: Panamá, Puerto Rico, Florida, República Dominicana, Bahamas y Colombia, lo que lo salvó de las nacionalizaciones que vinieron después con la nueva crisis financiera.
Siempre ha hecho hacer parecer que no estuvo de acuerdo con el chavismo, fue atacado por Chávez en varias ocasiones públicamente, pero fue el único de los grandes empresarios venezolanos que estuvo presente en su sepelio. Soto voce se comentaba que el “bolichico” mantuvo su fortuna a pesar de Chávez. Y la acrecentó notablemente con Maduro. En efecto, triplicó su fortuna en cuatro años. Hoy es el hombre más rico de Venezuela, según Forbes su fortuna alcanza USD 3.500 millones y es el único venezolano que califica entre los más ricos del mundo, en el puesto 901.
La guerra del “pelucón”
El Grupo Polar, que Lorenzo Mendoza tiene en sus manos desde los 27 años, estuvo al punto de la quiebra en el 2018 por el enfrentamiento brutal con el gobierno de Nicolás Maduro. En la ola de expropiaciones de Hugo Chávez cayeron cinco lotes de sus fábricas. Los epítetos del mandatario hacia el joven heredero del conglomerado incluían hasta “pelucón”. Y las acusaciones iban desde propiciar el desabastecimiento del país hasta “traición a la patria”.
La guerra que le declaró Mauro a Mendoza estuvo a punto de quebrar a Polar
El hecho es muy conocido, y tomó vuelo luego de que se filtrara una conversación telefónica privada que el empresario sostuvo con Ricardo Hausmann, director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard. Para el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, en la conversación, Mendoza habría pretendido pedir un préstamo de USD 40.000 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional para financiar a la oposición del Gobierno de Nicolás Maduro.
Cuando la guerra estaba derritiendo a Polar, la intermediación de Tareck el Aissami – hoy por fuera del gobierno envuelto en el escándalo de corrupción en Pdvsa- y la primera dama Cilia Flores, logró un acuerdo para que se acabara la persecución a cambio de dejar la política en la que el joven Mendoza era considerado un “presidenciable”. Nunca se explicó nada, pero las aguas se calmaron en el conglomerado que fabrica mucho productos de la vida diaria se los venezolanos, incluida la Harina P.A.N. de las arepas y la famosa cerveza. Se estima que Mendoza tiene USD 2.000 millones hoy en día.
El magnate que vio caer su fortuna
El patrimonio de Gustavo Cisneros ha encadenado una serie de caídas desde cuando era el magnate más poderoso de Venezuela. Su fortuna de USD 4.400 millones y la de su familia se ha reducido prácticamente a una cuarta parte desde entonces.
No existen pruebas de ello, pero en Venezuela se especula que en 2004 luego de una reunión en la que el expresidente de Estados Unidos, Jimmy Carter fue mediador, Cisneros logró un pacto de no agresión con Chávez; pues a pesar de las hostilidades del presidente contra el capital privado y en especial contra los medios de comunicación, Chávez nunca actuó contra ninguna de las empresas de la Organización Cisneros, incluida Venevisión.
En 2002 Chávez acusó a Cisneros de haber participado en el plan del golpe de estado en su contra y a través del noticiero de ese canal manipulado la información sobre los sucesos de ese día. Aun así, no hizo nada para golpear a Venevisión, como si lo hizo contra RCTV a quien no le renovó la licencia de funcionamiento en 2012.
De su relación con Maduro se recuerda la anécdota del 2014, cuando durante el lanzamiento del Plan de Paz para frenar la ola de inseguridad el presidente Nicolás sorprendió a los asistentes al asegurar la iniciativa contaba con el respaldo del empresario Gustavo Cisneros. En ese momento algunos lo vieron como un asunto de conveniencia: para Cisneros, era mejor acomodarse a la nueva forma de hacer negocios y, para Maduro, es una buena ‘propaganda’ de su cercanía con uno de los empresarios más poderosos.
Gustavo Cisneros fue el hombre más rico de Venezuela con su emblemática Venevisión
Venevisión le ha respondido con cierta lealtad a los gobiernos de Chávez y Maduro con una parrilla dedicada al entretenimiento y con solo un 5 % de contenido informativo, bastante neutro. Además de Venevisión el Grupo es dueño de la cervecería Regional, del equipo de béisbol Leones de Caracas, y ahora tiene un megaproyecto turístico, que está un poco retrasado, en República Dominicana, país que le dio también la nacionalidad.
En la caída de la fortuna pudo haber incidido la división de la corporación con su hermano Ricardo y la incorporación de su hija Adriana como CEO que reestructuró el conglomerado en cuatro áreas de negocio: medios, interactivos, bienes raíces, y productos y servicios.
Sus futuros proyectos empresariales pasan por la puesta en marcha de AST SpaceMobile, la compañía que está desarrollando la primera y única red de banda ancha celular basado en el espacio a través de la cual se podrá acceder desde teléfonos inteligentes que pone a Cisneros a la vanguardia de tecnologías, servicios y contenidos tanto en América Latina, como a nivel mundial. Hoy, el banquero ha superado magnate de las telecomunicaciones y al líder del Grupo Polar.
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