Samuel Córdoba es arquitecto y junto a su esposa Catalina López creó la Fundación Promedio hace cuatro años. Su objetivo es transformar todos aquellos objetos o materiales que para muchos “no tienen destino”. Pensemos en cuántas veces hemos visto tiradas en cualquier esquina cajas de madera y de cartón o guacales que parecen parte del decorado de la ciudad, pero que ya caducaron, cumplieron su misión. Pues para la Fundación aún tienen vida y están en capacidad de cumplir una nueva misión: ser una mesa, un estante, una lámpara, una silla, un refugio.
El mantra de la Fundación es crear para cuidar: cuidar el medio ambiente, el agua, el cuerpo, el espíritu. Por ello, no desisten de su idea de cambiar el mundo, de encontrar el equilibrio entre lo que sobra y lo que falta; han aprendido que esto es posible si logramos transformarnos a nosotros mismos, nuestros hábitos, dejar de lado la apatía y la rabia, y saber qué consumimos y por qué lo consumimos.
Samuel y Catalina han creado un sistema de producción en el que cualquiera puede entrar: “la gente se acomoda en lo que más le gusta hacer: recolectar, dibujar, cortar, pegar, ensamblar”, y así, en esa cadena de transformación, cada vez más personas se suman para apostarle al trabajo colectivo y a darle vida y un camino a objetos sin destino.