¡ Y rugió el tigre !
En medio de expectativas, cuestionamientos y críticas por el gasto y el sitio escogido, el epílogo del Yurupary quedó en manos del tigre… y los gallos escondieron las espuelas, las gallinas dejaron de cacarear… y se aposentaron todos a oír al tigre cantar…
En formidable actuación, fueron pasando los minutos, en el goce apasionado de un público ansioso de escuchar la música norteña. Y en una noche fría, luego de tremendo guarapazo de agua… no llovió ni antes, ni en el evento, ni luego de terminar la función…
San Pedro cerró los grifos: “Pos claro manito”…el dueño de la llave tiene tres insignes tocayos mexicanos…Pedro Infante, Pedro Vargas y Pedrito Fernández… y el patriarca celestial también quería escuchar el evento…
Y la esplendorosa madrugada fue el escenario perfecto para escuchar la voces contagiosas de los hermanos Hernández, a la cabeza del vocalista Jorge, recio, pausado y excepcional en su estilo.
Apoyados en una escenografía, luces y sonido de gran altura, a medida que se entonaban las irreverentes composiciones musicales, canto a la tusa y al amor, al despecho, a la justicia y la injusticia, a las cuitas diarias del parroquialismo mexicano, al mismo tiempo, se afinaban las gargantas con “guaro ventiao”, a la par de latas de cerveza agotados en el interior del cerramiento…y los duros del palco con el inefable whisky en sus manos.
Por muchos minutos se olvidaron “los madrazos y sombrerazos” para Octaviano y su combo, por aquello del colmo del “gastico” y del sitio asignado para la rancherada.
Lo cierto es que el público, compenetrado en su dicha, en su goce y en su feria, se vuelve ciego, sordo y mudo…había que disfrutar. Recordemos aquella célebre máxima nacida en las épocas romanas de Nerón “Al pueblo, dadle pan y circo, y gobernareis tranquilos”.
El espectáculo al final resultó maravilloso y excelente, al decir de turistas y parroquianos alegres, simpatizantes de ese género norteño y ranchero tan arraigado en estas tierras.
“El papel de mi ciudad” realizó una encuesta con un alcance de 38 personas, si no representativa por el tamaño de la muestra poblacional, nos da un indicio del pensar de las gentes:
De los resultados, solo tres entrevistados calificaron las fiestas de excelentes; dos turistas que arribaron la noche anterior en pos de los Tigres del Norte y un comerciante. Opiniones divididas en cuanto si las fiestas fueron muy buenas, regulares o malas, mayor tendencia a calificarla de aceptables. Los vendedores de ponchos y sombreros dividieron conceptos entre buenos y malos resultados; los de las casetas se quejaron por el valor desmedido de los derechos de venta…lo de la ubicación en el CDR para el 90 % de los entrevistados fue un fracaso; los taxistas se quejaron de cerramiento de la zona… en cuanto a los Tigres del Norte, el 90 % respondió que fue un desacierto y una injusticia…por aquello de la inversión.
Empero, hay que reconocer que un espectáculo central de impacto y relevancia es el que constituye el imán de la atracción. Esto se da en todas partes del mundo, pues ese atractivo especial es el que captura turistas, que al final incide en inyectar dinero con tanto y sonante a los distintos sectores de la economía local: Los hoteles, los restaurantes, los vendedores ambulantes, los taxistas, el sector servicios, etc. Es un pasaje de reactivación importante. Sopesar la “desproporcionada inversión” en un evento –Tigres del Norte- frente a las falencias sociales de todo tipo, frente al estado de la calles en general, es un tema de tipo administrativo y le corresponde a la dirigencia. Ad portas del cambio de administración municipal y departamental, tienen los candidatos la oportunidad de exponer con inteligencia y audacia lo referente a la inversión social.
El tema tiene mucha tela para cortar. “El Papel de mi Ciudad” hace las siguientes reflexiones: 1.Está comprobado que la época fijada para las fiestas es de crudo invierno y a todos nos toca capotear agua y charcos. No fuese posible fijar las festividades para octubre mes del aniversario del Departamento?.2. Siempre hemos pensado, unidos a otras opiniones, que no se ha explorado la autenticidad de un folclor. Bien por la presentación en alza de los grupos juveniles en coreografía, pero ¿Qué tal buscar consolidar lo autóctono...comparsas y rituales indígenas con participación organizada por la distintas etnias, cada una exhibiendo sus propias manifestaciones culturales? Plato exquisito de turistas, historiadores y antropólogos, que bastantes andan por el mundo.-3.Difinitivamente analizando los conceptos de la gente, se cumple lo del proverbio popular: “cada uno habla del paseo según le vaya”… si en un baile “El patito” feo es sacada a bailar, las zamarrean toda la noche, buenos toques de ron y buena presa …Qué fiesta tan bacana; “si la chica bonita hace de “pavo”, no la sacan a bailar y el trago le cayó mal,… “qué fiesta tan maluca”. Se abre el debate, que opine la gente.
La nota simpática con tarjeta roja: el gobernador Octaviano despidió el evento con Los Tigres del norte, en lengua nahuati guerrerense de los aztecas, o en “lenguas de fuego,” por los “Wiskolabis”, que tenía entre pecho y espalda…porque no se le entendió ni mu.
