Por lo general, la gente tiene la idea que, por su actividad, los artistas viven en otra parte del mundo pero ellos están presentes con sus temas obsesivos, tienen vasos comunicantes con la realidad en la que viven. Por ejemplo en el Museo Thyssen- Bornemiza en Madrid se presenta en este momento una exhibición de Camile Pissarro (Santo Tomás, Islas Vírgenes 1830- París 1903) quien fue un motor fundamental de Impresionismo porque además de contemplar la luz como camino a los cambios, continuó con su investigación Impresionista —que fue anarquista en su momento— para conquistar un método que se alejara a la versión de la academia. Se trataba de observar la luz al aire libre y cómo incide esta en los cambios de las formas. Observó el comienzo del cambio y brecha de lo rural a la ciudad y estuvo atento a los paisajes de la realidad industrial. Y mientras realizaba una trasformación con un nuevo método que conquistaba, junto con los grandes de su época como Cézanne, alteraciones mientras pintaba bloques de imágenes que, en su conjunto, aparecían siendo la misma realidad. Los Impresionistas nos mostraron otra forma de ver el mundo. Cambian el sentido de la distancia que resulta siendo un argumento sobre el espacio y la luz transforma a las formas en el mundo, las ciudades cambian según la atmosfera o, los paisajes tienen su particular punto de vista según la hora. La totalidad del cuadro unía fragmentos de una huerta con una visión más amplia del paisaje que ya va intuyendo la tendencia hacia lo que vendrá medio siglo después como lo fue la abstracción.
Ahora, los artistas de la vanguardia —que también hacen parte de la historia de Colombia— construyen sus imágenes paralelas con sus consecuentes denuncias. En el arte conceptual tiene un compromiso que va ligado a que su trabajo tenga una versión más amplia con el terreno de la investigación. Así los artistas comprometidos con los temas hacen las funciones de antropólogos o sociólogos porque sus propósitos están completamente unidos en las causas y, en sus trabajos se trata de entender cuáles son los símbolos de la diferencia y la decadencia.
En la galería NC-arte y hasta agosto 17 se expone la obra de Eduard Moreno con el título de Echar por tierra que bien explica sus intenciones. Expone su denuncia sobre las explotaciones mineras mientras utiliza el papel carbón como soporte para imprimir los retratos de los trabajadores en las excavaciones o para mostrar los mapas que muestran la geografía totalmente alterada por las grandes explotaciones. Estos, los mapas, además se deslizan como el carbón, en un enorme andamiaje industrial que al final va acumulando en el suelo. Con su trabajo nos muestra cómo las excavaciones no solo interrumpen un ciclo de la naturaleza sino que abren grandes brechas en el tejido social de los seres involucrados. Los mapas de las minas, también impresos en papel carbón, muestran la geografía que se transporta en todo un andamiaje industrial. Moreno despliega una interesante fila de fotos donde plasma las caras de los primeros transgredidos.
Ya hace dos años se nos fue Gustavo Zalamea. Amigo hoy invisible que tengo al lado. Me gusta recordar las historias amables de un hombre generoso, amplio, comprensivo. Un pintor de gran escala, profesor también comprometido con la realidad y sus símbolos, que miraba con lupa la vida cotidiana y para sacarle significado inundaba en un mar a la Plaza de Bolívar o hundía como el Titanic, al edificio del Congreso.