Esta semana, el presidente Gustavo Petro encontró un nuevo motivo para sacar pecho por su gestión y fue por una buena noticia para algo que le ha dado muchas alegrías durante los 17 meses que lleva gobernando, el turismo. Tanto él, como el MinCIT, Germán Umaña, han sido enfáticos en que este sector es una de sus grandes prioridades debido a su importancia para el desarrollo sostenible del país. Incluso, en su momento, el Presidente llegó a asegurar que los ingresos que generará el turismo podrían llegar a reemplazar al petróleo.
Uno de los tipos de turismo que más le ha dado la razón al mandatario es el marítimo. Ya a finales de 2023 se presentó un acontecimiento histórico con la llegada del primer crucero al Puerto de Buenaventura, el cual arribó con hasta 400 turistas provenientes de Alemania. También a finales del año pasado y comienzos de este se dio un aumento exponencial en la llegada de cruceros a Cartagena, el principal destino para este tipo de embarcaciones en el país.
Pues bien, para comenzar el 2024 se dio un hecho aún más impactante que el del crucero llegando a Buenaventura y se trató de uno que desembarcó en el Cabo de la Vela ubicado en el Departamento de La Guajira.
Cruceros llegan a Cartagena, a Santa Marta y al norte de la Guajira. https://t.co/A21qRQSB9A
— Gustavo Petro (@petrogustavo) January 11, 2024
Fue una empresa suiza, Emerald Cruises, la que hizo posible este acontecimiento trayendo a 40 turistas internacionales a la península, quienes han podido conocer de primera mano la cultura de la región como lo hicieron los que llegaron hace dos meses a Buenaventura.
Sin embargo, más allá del hecho en sí, lo que más llamó la atención es que en el Cabo de la Vela no existe la infraestructura suficiente como para recibir un crucero convencional. Por eso la empresa tuvo que mandar el Emerald Azzurra, una embarcación mucho más pequeña destinada a poder acceder a puertos más pequeños.