Vamos a ser sinceros de una buena vez para que los lectores sepan a qué atenerse de aquí en adelante y así nos ahorramos molestias, martirios y contrariedades; sobre todo ahora que pisamos los delicados y refinados terrenos del tiempo de la Navidad, que suelen ser los más alegres, tiernos y propensos a no generar disgusto alguno, y menos los que sean originados por una lectura que debería ser un mensaje de paz y de amor, como lo es la siguiente.- Al grano.-
El tema es el siguiente: ¿Usted alguna vez se preguntó al momento de aceptar el famoso cartón de bachiller a qué se iba a dedicar por el resto de sus días, meses y años, cuando apenas tenía como herramienta de trabajo aquel título, por muy valioso que fuera y por muchos dolores, sinsabores, alegrías y tristezas que le hubiera costado? En mi caso – y eso que nadie se condolió en hacerme el interrogante - la respuesta que tenía a boca de jarro fue un rotundo ¡No! por la única razón de que no me acuerdo de alguien que se haya acercado a este servidor para ponerlo en semejante sinsalida, en especial porque cuando me recibí de bachiller, como se decía antes, apenas aparecían dos palabras en una caligrafía elegante: Bachiller Académico.-
Como lo sabe la mayoría del público, ahora nuestros bachilleres, y eso es bienvenido, adquieren una serie de habilidades y destrezas en el transcurso de los seis años que dura la secundaria, lo que les permite abrirse un campo mucho más extenso y abierto que antes.-
A pesar de que por largos años me sentí un privilegiado por el simple hecho de aprender a leer antes que a amarrarme los cordones de los zapatos, tampoco es que haya sido una lumbrera de esos que van por ahí restregándole todo el tiempo en la cara a los otros una nimiedad como esa.- Por el contrario, gracias a la timidez de la que somos depositarios los cancerianos, que actúa en nosotros como una especie de caparazón protectora de lo bueno y de lo malo, cuando en la realidad es que somos un helado de dulce derretido en agua; digo, a veces pasamos como unos pedantes, presumidos hasta el límite de la vanidad, pero esa es una historia que debería ser contada otro día, como en efecto lo será.-
Y creo que por ese camino se entiende la clave de la felicidad de hacer el trabajo que le gusta a uno y no el que le tocó ejercer por la fuerza del mercado laboral, o por cualquier otra de esas travesuras que la vida nos depara y que son el origen de las pesadillas que sufren muchos en el día a día, cuyo terror se hace presente en las tardes dominicales cuando el paciente sabe que le espera un lunes amargo en donde tiene que lidiar con personas que no son de su agrado, así como sacar adelante unas tareas que de no ser por el salario, no lo haría y ese es el tamaño de su desgracia.-
El show de lagrimas de dos barranquilleras por no tener ceremonia de grado
Pues bien, la anterior reflexión se debe a las buenas nuevas que me llegan desde el centro de enseñanza del que me hice bachiller por allá en un lejano 12 de diciembre del siglo pasado, que hace un rato mereció una nota titulada “La noche de mis grados”, pero que hoy hace renacer la esperanza en la llamada Institución Educativa Liceo El Bagre, la cual acaba de entregarle el título a 153 jóvenes que salen al mundo con ganas de comérselo de un solo trancazo.-
Nuestro buen amigo y mejor docente, Willian Aldemar Machado Andrade, quien presta sus servicios desde hace un largo trecho de tiempo como rector del establecimiento, nos entregó los datos de la última hornada que salió de las aulas y dice que de los 153 egresados de la promoción 2023, 97 de ellos se graduaron como bachilleres académicos, 44 Técnicos, de los cuales 25 en Producción Acuícola y 19 en Cultivos Agrícolas; así como 12 CLEI, es decir, Ciclos Lectivos Especiales Integrados, 6 de ellos en la jornada sabatina.- Lo anterior sin mencionar el resto de egresados de los demás establecimientos que funcionan en esta cabecera del Bajo Cauca antioqueño; es decir, la Institución Educativa 20 de julio, Institución Educativa La Esmeralda, Institución Educativa Las Delicias y el Colegio Bijao, que desde el año 2002 está autorizado en graduar bachilleres cuando sus orígenes fueron, como muchos lo recuerdan, ser aquel epicentro en donde conocimos los primeros números y las primeras letras.-
Para estos efectos acudimos a la memoria de quien fue alumna y de las más destacadas en sus primeros años de bachillerato de nuestra institución, que además compartió pupitre con varios de nosotros, y me refiero a nadie menos que a la flamante madre del reciente ganador del Grammy Latino en la categoría Álbum del Año por ser el productor del disco Mañana será bonito de Karol G, Daniel Echavarría Oviedo, más conocido como “Ovy on the Drums”.- Se trata de Marta Ligia Oviedo Pulido quien al respecto nos dijo lo siguiente:
“En esos grados falté yo… porque Toño Oviedo me mandó para Cartagena de Indias a hacer el sexto de bachillerato para que dé una vez me presentara a la Universidad de Cartagena; ese 1980 me gradué en el Colegio Departamental de Bachillerato Femenino Nuestra Señora del Carmen, a quien apodaban el Zoológico por la cantidad de “mujé maluca” que estudiaba allí. Pero solo fue ese año que no estuve en el Liceo El Bagre.. me dolió en el alma no graduarme con mis compañeros de batalla, de risas y camaradería con quienes compartí esos años. Mi papá no quería que estudiara en Medellín que porque en las universidades ya estaban los estudiantes fumando una vaina peligrosa que se llamaba marihuana… y que ningún hijo suyo iba a estudiar en universidades de Medellín sino de la costa. Fue por una rebelión mía que la historia de mi familia cambió. Y hoy hasta Toño Oviedo vive en Medellín.-
En cambio su hijo, conocido en más de medio mundo, declaró en varios medios de prensa que “encontró la música en el camino tras pasar varios años perdido, sin norte ni rumbo, no sabía qué quería hacer con su vida tras salir del colegio”.- Y a renglón seguido anotó: “Como buen aficionado al fútbol se inclinó en algún momento a este deporte —jugaba de lateral izquierdo, su posición habilidosa— y llegó a estar en la primera B de las Águilas Doradas, pero se desmotivó y sumó razones para concluir que el fútbol no le daría de comer.- Del fútbol a la música, ese es un camino conocido que algunos han transitado, pero con Ovy no fue tan obvio. De las canchas pasó a trabajar por temporadas, tenía claro que no quería estudiar, nada lo llenaba en las aulas universitarias. “No quería ser odontólogo, cirujano, médico, ingeniero, nada de eso, pero no sabía qué quería, la verdad”.- Y miren hasta dónde ha llegado el muchacho.-
Ahora bien, y eso hay que dejarlo claro, no a todo el mundo le suena la flauta porque para andar por esos caminos se debe tener, además de algo de suerte, mucho de talento porque de lo contrario la pared que tendrá que derribar esa persona, si es que lo puede hacer, es la de enfrentarse a la más dura de la realidad que se concentra en una sola palabra que apenas se menciona produce pavor: Fracaso.- Con Daniel, como le dice la mamá y lo subrayan los medios, tal cosa no ocurrió.-
Dicho lo anterior y gracias de nuevo al rector Willian, pude lograr una declaración de su puño y letra, de uno de esos 153 recién graduados bachilleres de nuestra querida y recordada institución de El Bagre y aquí se las dejo para que ustedes juzguen en su leal saber y entender.-
“Mi nombre es Santiago Vásquez Vega, hijo de Laura Cecilia Vega Robles - Abogada Especialista, y de Javier Alberto Vásquez Gómez- Tecnólogo en Auditoría. Nací el 10 de septiembre del 2006 en Medellín-Antioquia; sin embargo, he vivido gran parte de mi vida en El Bagre. Cursé hasta segundo de primaria, luego volví e hice sexto, y los grados 10 y 11. Me gradué este año en la IE El Bagre, un colegio que sin lugar a dudas explotó mi potencial y me encaminó a la persona que soy. Soy bachiller con una técnica del Sena en Programación de Software. Desde muy pequeño he resaltado a nivel académico y me ha gustado todo lo relacionado a la informática, por esto planeo estudiar Ingeniería de Sistemas. Hace poco gané con mis compañeros de técnica el primer puesto en una feria empresarial en donde desarrollamos un aplicativo tipo maestro virtual el cual buscamos beneficie a la población bagreña a la hora de empezar su etapa laboral. Mi meta es convertirme en un modelo a seguir para los jóvenes del municipio, y trabajar para que este hermoso pueblo logre dejar una huella en el territorio nacional”.-
De verdad que así vale la pena saber y sentir que con estos jóvenes El Bagre tiene futuro.-