Los directivos de la empresa de defensa y seguridad sueca –SAAB- prepararon estratégicamente el terreno desde el año pasado. Sabían mejor que nadie las falencias de la flota aérea colombiana que desde 1985 tiene los mismos aviones adquiridos durante el gobierno de Virgilio Barco, en medio de una crisis con Venezuela por la soberanía del Golfo de Maracaibo
El 14 de julio del 2017 el recién desempacado director ejecutivo de la empresa de defensa y seguridad sueca SAAB, Thomas Linden, se presentó al Stand 346 de la VIII edición de la Feria Aeronáutico civil en Corferias. Fue la oportunidad para promocionar el Gripen, un caza de USD 40 millones que desde entonces ha calado como una probable opción en la FAC aunque aún no ha habido acercamientos oficiales
La oferta sueca también interesó en el sistema de defensa y alerta temprana ERIEYE y el sistema de defensa antiárea RBS-70. Los Caza Gripen han sido más que probados en el Brasil, trabajan de la mano con el sistema de defensa ahorrando combustible, algo ideal para la Fuerza Aérea de un país que no es precisamente una potencia. Mientras una hora de vuelo de un F-22 norteamericano cuesta USD 60 mil, el de los suecos apenas llega a los USD 5 mil.
Con el proceso de paz con las FARC firmado a finales del 2016, les permitían a los militares pensar en escenarios de fortalecimiento bélico distintos. Apareció, como era de esperarse, la urgencia de la renovación de la fuerza militar aérea del país para protegerse de probables ataques externos. La anticuada flota de Kfirs con accidentes reportados en el 2009 y 2013 había llegado a su límite. Las 24 aeronaves de origen israelí fueron adquiridas en 1985 en el gobierno de Virgilio Barco a las que se les ha invertido millones en repotenciarlas.
De los 24 cazas 19 han sido renovados completamente desde el 2018, una decisión que se tomó después de los dos accidentes que tuvieron los KFIR nacionales en los últimos diez años. Pero Colombia, para mantener su soberanía intacta, sin sobresaltos, necesita más. Aunque en aviones de combate Colombia podría superar a Venezuela (59-39), en Cazas la cosa es a otro precio (25-39)
La expectativa de los fabricantes de material bélico en el mundo ha puesto de nuevo los ojos en Colombia cuando se creía en el país que el presupuesto militar decrecería sensiblemente una vez controlado el frente de guerra con las Farc para reorientarlo a planes de empleo, educación, salud. Pero no, los militares tienen en mente lograr una tajada del 17% sobre el presupuesto general de 259 billones para el 2019 que ha empezado a discutirse en las Comisiones Cuarta y Quinta del Senado. De estos 45.5 billones, una buena parte -USD 500 millones- irían para adquirir aviones y, con las alarmas que se ha encendido, defender al país de un posible ataque del gobierno Maduro.
El gobierno sueco con el que Colombia estrechó relaciones por su apoyo al proceso de paz con las Farc, le ha hecho seguimiento a la realidad área de las Fuerzas Militares y por esto se movió rápido con la empresa SAAB. El presidente de la Compañía para Colombia, Thomas Linden, se instaló en Bogota con su esposa y la compañía abrió oficinas en el centro de negocios de la carrera 9 con 113-52 al norte de la ciudad. Creada en la ciudad sueca de Linkoping en 1937, antes de la Segunda guerra mundial, el desarrollo en sus aviones va de la mano a la preocupación por fusionarse con la marca Datasaab de computadores en la década del 50. Después de las aereonaves comenzaron a fabricar autos y camiones. Sus computadores han hecho a sus cazas mucho más efectivos y precisos a pesar de que son mucho más grandes que otros como los F 16 o los Mirage.
En 1995 Saab dio su otro gran salto, se funcionaron con los British Aerospace para crear la joya de la corona, el Gripen. En el 2010, después de diversas fusiones con la empresa aeroespacial británica BAE System y de los noruegos Simrad Optronics, la compañía se reestructuraría en 15 áreas: Aeronáutica; Dinámica; Electrónica; Sistemas de Defensa, Seguridad y Soluciones de Defensa; y Apoyo y Servicios.
La presentación de los aviones Gripen causó furor en Bogotá. Niños y adultos sentaban en la cabina principal de la réplica que expusieron en Corferias y tomaban un vuelo en el Gripen simulador y aprender acerca del sistema aéreo, un sistema que ya ha sido comprado la Fuerza Aérea de República Checa, Hungría, Sudáfrica, Tailandia y Brasil.
Si las Fuerzas Aéreas Colombianas llegaran a considerar comprar una flota de Gripen usados y modernizados, en caso de cualquier negociación, ésta se haría entre los dos gobiernos en cabeza de sus jefes de estado Iván Duque y Stefen Lofven, por tratarse de un tema de seguridad nacional. El interés nació desde el final del último gobierno de Santos y al parecer se ha mantenido aunque aún no se ha concretado el proceso formal para enviar una propuesta.
Los suecos están seguros de poder empezar una negociación así la Fuerza Aérea también esté interesada en los F16 norteamericanos. El último avión que vendieron fue a Brasil en el 2014 y están seguros de que otro vecino del área será su próximo cliente, y más ahora que empiezan a correr vientos de guerra en la frontera Venezolana.