La ambiciosa meta prometida por Gustavo Petro de incluir 3.3 millones de pobres en el programa que rebautizaron con el de Tránsito a la renta ciudadana no parece haber arrancado por un camino seguro. La directora de Prosperidad Social Cielo Rusinque nombrada directamente por el Presidente en este cargo crucial para su política social de subsidios del Banco Agrario hizo un cambio en el viejo modelo de entrega de subsidios directos que nació hace casi dos décadas con Familias en Acción con el Presidente Uribe.
Con la prevención existente en el gobierno Petro hacia el sector privado, concentraron la distribución de los subsidios en el Banco Agrario, excluyendo otras redes efectivas con experiencia en la realización de pagos en la amplia geografía colombiana como es el caso SuperGiros que cuenta con 15 mil puntos de servicio con capacidad de llegar a lugares tan apartados como la isla Santa Cruz del Islote en el Golfo de Morrosquillo y que mostró una gran efectividad en la entrega de las ayudas en programas como el del Adulto Mayor. La tarifa del Banco Agrario por cada operación son incluso más altas que las que ofrece el mercado de los giros.
El Banco Agrario en cabeza de Hernando Chica Zucacardi, uno de los recomendados a puestos directivos de la primera dama Verónica Alcocer ha tratado de minimizar el problema de las largas colas de los beneficiarios y su protesta en las redes, pero lo cierto es que las 911 oficinas no dan a basto, a pesar de haber girado ya $ 323 mil millones y cubierto, según el gerente a 805 mil personas.
El caos que se anticipa es grande porque la expectativa que se ha creado con el plan de proporcionar ingresos dignos por encima de la línea de pobreza, a decir de Rusinque, muestra desde ya una gran movilización de ciudadanos que se sienten con el derecho a recibir los $500 mil mensuales prometidos. La renta ciudadana prioriza a la población más relegada económicamente a la que se suma las víctimas del desplazamiento forzado, y unas de sus guías de selección son aquellas registradas en el Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales, nivel cuatro del Sisben y la idea es garantizar la inclusión social y productiva de los territorios más pobres del país, donde evidentemente no llega el Banco Agrario.
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