En el páramo Las Hermosas, Valle del Cauca, la tierra en la que estuvieron históricamente los comandantes guerrilleros Alfonso Cano y Pablo Catatumbo, el Batallón Nº 10 del Ejército lleva casi un año sembrando frailejones para volver a darle vida al lugar. El cabo Carranza, que lidera el proyecto junto a otros seis soldados saben que se viene una nueva etapa para el Ejército de cara al posconflicto.
El proceso no ha sido nada fácil, y antes de lograr germinar las primeras plantas experimentaron con la forma en la que debían cuidarlas para llegar a reforestar el páramo. En principio usaron tres tipos de agua para regar los frailejones: agua de río, de botellón y hervida. El resultado, con un poco de sorpresa, pero siguiendo su curso natural, los llevó a utilizar el agua de río para alimentar las plantas.
Esta iniciativa también se desarrolló en el páramo de Sumapaz, sin embargo, la CAR no dejó sembrar los frailejones luego de que el Ejército había logrado mantenerlos vivos y estaba a punto de sembrarlos. Las plantas tuvieron que ser llevadas al páramo de Cogua, Cundinamarca, en donde sí se les dio el permiso de para plantar los frailejones. Ahora, en el Páramo Las Hermosas, los soldados del batallón siguen adelante con su proyecto con la esperanza de que las fuerzas armadas se proyecten como una nueva fuerza ambiental.