Hay días en que te sientes como el último pensamiento de un dinosaurio a punto de extinguirse. Hay días en que es difícil entender el sinsentido del país que te anuncian las noticias, entonces pones todos tus cinco sentidos en esto para intentar comprender un país tan sentido. Para saber dónde se han parado tus pies.
Entonces escribes, sentido a sentido, lo que has sentido.
Vista || El que tenga ojos para ver…
Senador Cepeda: Hijo de padre asesinado.
Senador Uribe: Hijo de padre asesinado.
Ministro Cristo: Hijo de padre asesinado.
Representante Lara: Hijo de padre asesinado.
Senador Galán: Hijo de padre asesinado.
Ellos son algunas de las voces más destacadas del debate esta semana en el Congreso.
Un motivo en común para buscar un país en paz en el que sus hijos puedan tener vivos a sus padres y sus hijos sean padres vivos para los hijos de los que ellos son abuelos.
Que hable —algún día— la justicia, no la venganza.
Que hable —algún día— el perdón, no el olvido.
Que hable —algún día— el amor y no el odio.
Que tanta historia escrita con sangre sea razón suficiente para cambiar de tinta.
Olfato || Algo huele mal
Estamos a días de la implosión de las torres que restan por caer del edificio Space, en Medellín. Implosión costeada con dineros públicos que la constructora Lérida CDO debe reconocer al Estado (es decir: a nosotros todos) al tiempo que debe reconocer su deuda con las víctimas afectadas directamente por los desalojos de distintas unidades residenciales construidas por ellos, aunque estén ya en liquidación. Muchos de los afectados no saben cómo recuperarán lo perdido y cuál será la indemnización ante el derrumbe de sus ilusiones, propiedad y pertenencias. Esperemos que los $1.500 millones que costará este procedimiento el próximo 23 de septiembre sean reconocidos al municipio tal como lo dispone la Superintendencia de Sociedades. Que no sea solo polvo, escombros y derrumbe lo que quede de todo esto.
La Fiscalía imputó cargos por homicidio culposo a cinco personas que hacen parte de la historia de la construcción de esta amenaza en forma de unidad residencial que se levantó sin adecuadas pruebas de sismorresistencia, con materiales de baja calidad y violando códigos técnicos y éticos. Algo huele mal cuando el techo que te debería dar tranquilidad se convierte en la espada de Damocles que no te deja dormir en paz. Algo huele mal cuando a los constructores no les importa el sentido de hogar de una vivienda y construyen estas trampas mortales que te invitan a habitar. En esta tragedia que empezó el 12 de octubre de 2013 y que suma hoy 12 muertos algo huele mal.
Oído || Oídos sordos
No es prostitución infantil, esto se llama explotación sexual infantil. Un niño no se prostituye, a un niño lo explotan.
Hay que llamar por su nombre a la realidad para, de verdad, empezar a cambiarla. Detrás de un niño que ofrece favores sexuales hay un adulto lucrándose de la ruina en que se ha convertido el presente de ese pequeño. Detrás de la infancia perdida en este comercio están los adultos que se lucran y los que pagan convirtiendo en víctima a esa niña, a ese niño. A esos adultos es a los que la justicia debe llamar y juzgar de manera ejemplar para frenar este dolor de sociedad que puede verse en algunas calles. Ese tráfico es un crimen que amerita, grita, un castigo. Que alguien escuche por favor este drama que se vive bajo un titular que habla de turismo sexual. Que alguien escuche y denuncie y no calle lo que ve en la calle y que los que pueden hacer algo puedan actuar. Pocos asuntos son tan violentos como el llanto de un niño que solo encuentra oídos sordos.
Tacto || Se les va la mano
La pobreza se supera con un ingreso de $229.800 pesos al mes, dice el Dane. Tienen sus números y estudios y papeles con tablas de Excel y demás fórmulas exactas que respaldan esta aseveración: si vives en una ciudad colombiana y al día ganas más de $7.663 pesos diarios o si estás en cualquier lugar del campo nuestro y percibes diariamente una cifra por encima de $4.587 pesos no debes considerarte pobre. Con tus poco más de doscientos mil pesos al mes tienes la vida resuelta según los economistas. Aseguras el techo, ya no debes preocuparte por la próxima comida, no cuentes las monedas que tus pasajes están en la lista y llegarás bien vestido a donde debas ir para ganarte esta cifra que te sacó de la pobreza.
Se les va la mano. Ni siquiera el pago de una pensión en el centro de la ciudad noche tras noche buscando mal dormir se cubre con eso. Se les va la mano. Ni siquiera el recorrido de ida y vuelta en ruta integrada durante un mes se cubre con esa suma. Se les va la mano con el galimatías que dicta verdades matemáticas donde no cabe un argumento sensible: que le digan que no es pobre a una mujer con doscientos mil pesos al mes mientras mira qué inventar para llenar los platos de plástico de sus tres hijos aunque ella no coma esta noche para repartirles lo que pudo conseguir.
Sabrán mucho de economía y finanzas pero en sus anuncios a veces no tienen tacto. Se les va la mano.
Gusto || Pero que no pierda el sabor
El café, descafeinado. El azúcar, dietético. La leche, deslactosada. La cerveza, sin alcohol. Y así. Y por esa ruta de la salud todo es de nombre lo que era pero ya no es lo que es. Lee bien la etiqueta y busca que sea lo que anuncia pero que no ofrezca algo que pueda perjudicarte. Son los nuevos tiempos, los de los triglicéridos y la promesa de la eterna juventud o, si fuera posible, la vida eterna.
Hemos cedido al temor, compramos lo que nos prevenga el dolor, lo que retrase el dolor. Preferimos, si es posible, la imitación pero que no pierda el sabor. Con mucho gusto, cómo no. Que no se nos olvide que vivir es lo más peligroso que tiene la vida.
@lluevelove