Uno de los restaurantes más costosos de Bogotá es el que está en Monserrate. Se llama Santa Clara. Es una casa de madera que durante los años 40 estaba en un barrio de París, donde fue vista por Carlos Navarro, uno de los hombres más millonarios y excéntricos de Bogotá, quien fue atropellado por un bus en San Victorino.
Navarro compró la casa en Francia, la mandó desmontar y trasladar a Colombia. La casa de madera llego al puerto de Barranquilla y luego por barco la trasladaron por el río Magdalena, para terminar recostruyéndola en Bogotá, en el la localidad de Usaquén.
Tras el accidente con el bus en el centro de la Ciudad, Carlos Navarro murió. No tenía familia, ni hijos ni esposa ni nada. Sus bienes, entre ellos su casa traída desde París, pasaron a manos de la Beneficiencia de Cundinamarca. La hermosa casa de madera le fue entregada a las hermanas salecianas y luego lo compraron los dueños del restaurante San Isidro para ponerlo en Monserrate como otro de sus restaurantes.
El nuevo restaurante lo llamaron Santa Clara y es propiedad de Fernando Torres, quien estudió Hotelería y Turismo de la Universidad Externado, para luego irse a Londres a estudiar inglés. Allí se potenció como auxiliar de cocina, hasta que se devolvió para Colombia. Años después de regrasarse al país fundó el Restaurante San Isidro, el cual nació en el Centro Internacional de Bogotá.