Aunque consiguió la plata olímpica, siendo el tercer deportista en atletismo en los juegos en obtener una presea para Colombia, tuvo que guerrerarla mucho para conseguirle el sueño a su mamá, el de tener un techo sobre el qué vivir.
Zambrano nació hace 23 años en Maicao y pronto se fueron a vivir a Barranquilla con su mamá, Miladis, ya que es madre soltera, y a punta de esfuerzo lo sacó adelante. Imagínense, eran tan pobres que, unos días de viajar a Doha, en el 2019, para competir en el mundial del 2019, tuvo que salir para comprarle un televisor a su mamá para que lo viera como se tenía que ver la gesta que le dio plata hace dos años. Es que antes de comprarlo el televisor era muy pequeño, indigno de un hombre que iba a representar a un mundial por su país.
La lucha íntima entre la mamá y el hijo llegó al culmen hoy, también en Asia, en Tokio, cuando consiguió una de las preseas que más le ha dado gloria a Colombia, la primera plata para hombres en estas justas. Una medalla que sabe oro. Ahora si podrá darle una bañera, reformarle la casa que le compró justo después de obtener el segundo lugar en esos mundiales.
Ahora regresará a Soledad, tan cerca a Barranquilla, para darle el esperado abrazo a Doña Miladis y decirle una vez más, con la plata olímpica, ¡Te amo mamá! Gracias Anthony, el regalo se lo diste a todo el país.