Hoy día la historia se encuentra en un momento clave para reencontrarse a sí misma, en la antigüedad, la historia constituía un área de estudio fundamental en la formación de los jóvenes para ser mejores ciudadanos y que no incurrieran en equivocaciones y aprendieran del pasado. En la época del posconflicto se necesita una práctica pedagógica que contribuya a la formación de ciudadanos para la paz.
Al respecto en las instituciones educativas se está haciendo un gran esfuerzo con la cátedra de la paz, pero la solución no es solo crear una asignatura más en el plan de estudios, la cátedra de la paz debe ir acompañada de un componente pedagógico que fortalezca los valores ciudadanos. Hacer una interiorización del ser humano como eje fundamental de la sociedad, dándole espacio al dialogo y al reconocimiento del otro.
Es sabido que en los lineamientos curriculares de las ciencias sociales proporcionan una guía sobre los ejes temáticos que deben enseñarse, pero la buena selección de contenidos no garantiza la plena asimilación de conocimientos por parte de los estudiantes, y es aquí donde el profesor debe implementar todas las estrategias didácticas para fortalecer el proceso enseñanza – aprendizaje.
Por ello la enseñanza de la historia no debe limitarse a la narración de hechos históricos o la memorización de fechas, que en el pensar de los estudiantes no tienen relevancia y que no lo contextualizan en su realidad, el docente tiene como tarea darle sentido a los libros de historia, enamorar al estudiantes con ejemplos cotidianos que lo acerquen con el hecho histórico. La finalidad de la historia debe apuntar a la continua reflexión sobre el comportamiento de la sociedad teniendo en cuenta su pasado para lograr comprender los fenómenos sociales que enmarcaron el conflicto armado Colombiano.
Las salidas de campo constituyen un aporte valioso en la enseñanza de la historia, al respecto en el Artículo 21 de la Ley General de la educación nos habla de la importancia que tiene la comprensión del entorno físico por parte del estudiante, la importancia de las salidas de campo está en que fortalece las capacidades de comunicación, observación, dialogo e investigación; además de posibilitar alternativas novedosas e imaginativas que reducen lo tedioso en el salón de clases.
Además, muchos teóricos nos hablan de la ciudad como protagonista ofrece mayores posibilidades en el estudio del entorno, por ejemplo llevar a los estudiantes a investigar los hechos políticos ocurridos en su región es necesario llevarlos a la biblioteca municipal o a los archivos históricos.
La historia como ciencia social y asimilada como el autoconocimiento del ser humano es un área que requiere de mucho trabajo para construir sociedad, es sabido que construir consciencia requiere de muchos años, pero sobre todo de un profesor comprometido con su práctica. La enseñanza de la historia en la época del posconflicto debe contribuir al entendimiento del otro como persona de derechos para no repetir los errores pasados.
