El pasado 25 de Octubre de 2015 distintos portales de comunicación de opinión a nivel nacional y regional, anunciaron en sus principales titulares de prensa un acontecimiento que no pasó desapercibido en el cuestionado mundo político de la Región Caribe Colombiana. Agencias de prensa tales como: RCN radio, El Heraldo, SEMANA y portales alternativos de investigación como La silla Vacía, las 2 orillas, La Chachara, titulaban “Martínez, el economista que quebró el poder de Yahír Acuña en Sucre”, "Edgar Martinez: La Esperanza para el Reverdecer de Sucre"
Pues bien, toda esta matriz de opinión y expectativa era generada por el fenómeno social entorno al economista Edgar Martínez Romero, quien estaba convirtiéndose por segunda vez gobernador del departamento de Sucre; el cual registra los peores indicadores en desarrollo social, IDH, índice GINI, desigualdad social y de necesidades básicas insatisfechas.
Para sorpresa del elegante auditorio presente durante el acto de posesión, así como la ciudadanía del común que escuchaba vía ondas radiales en todos los rincones del departamento, Martínez fue reiterativo al plantear de manera categórica a la clase política en su discurso, uno de sus tres caballos de batalla: La Anticorrupción, al afirmar “Desde aquí, hacemos el más sincero y ferviente llamado a la reconciliación departamental para que vivamos en paz estos tiempos de necesarios ajustes que no gozarán, en principio, de la simpatía de la clase política” y reitera “Definitivamente haremos una asepsia total en todas las dependencias de la gobernación y en sus entes descentralizados para dar a Sucre la seguridad de estar en buenas manos”.
La advertencia que hace Martínez a la clase política tradicional, tendrá que verse reflejada sin duda alguna en la escogencia de su equipo de gobierno, si desea seguir guardando coherencia entre el discurso y la materialización de su propuesta de gobierno la cual gira entorno a tres problemáticas a resolver: corrupción, inseguridad y desigualdad social; denominada “SUCRE PROGRESA EN PAZ” máxime en el marco de los acuerdos de paz, en un territorio que ha padecido las consecuencias directas e indirectas del conflicto armado interno por los diferentes actores armados.
Las acciones que deberá emprender y desarrollar sobre su gobierno, deberán guardar correspondencia a las expectativas de la población sucreña, enfrentando con entereza los grupos de presión de toda índole renuentes al cambio, además, ser igualmente estratégico para aprovechar el buen nombre que goza en algunos sectores del orden Nacional y “sus buenas intenciones”. Para ello tendrá que estructurar con premura un sistema de gobernanza incluyente de todos los actores éticos, públicos, privados y organizaciones de la sociedad civil, tal como ocurre en todas las regiones desarrolladas en pleno siglo XXI.
Así mismo como el Sincelejano Alfonso Gómez Tamara escuchó en 1943 el clamor de un elocuente Joven que había conocido en un barco de vapor, mientras entonaba boleros, y posteriormente ayudo a obtener una beca, ese Joven se convertiría en el año de 1982 en el premio nobel de literatura Gabriel García Márquez, pues bien, el gobernador de Sucre tiene el reto de superar esta obra de Gómez Tamara hace 63 años y escuchar a miles de jóvenes prestos para aportar al desarrollo social o conformarse con pasar a la historia como un perencejo más.