La vacunación del covid-19 ocupa la atención del mundo, teniéndolo en cuenta qué hay unas altísimas expectativas que esta sea la solución para frenar el impacto de este virus, que ha causado un inmenso daño en todas partes.
Cuando me puse a investigar sobre los riesgos asociados al proceso de producir, distribuir y aplicar las vacunas que ya están llegando al mercado, me quedé muy impactado por la magnitud del esfuerzo que va implicar vacunar rápidamente al menos el 70% de la población mundial.
Después de leer varios artículos sobre la cadena de valor asociada a todo el proceso, el análisis hecho por McKinsey la semana pasada, me pareció el más completo y lo voy a usar de referencia. En este blog voy a compartir con el lector, los puntos que me llamaron más la atención y que muestran la enormidad del reto, que no tiene antecedentes en el mundo.
Vale la pena mencionar, que el primer gran riesgo, fue haber logrado el desarrollo de una vacuna en solo diez meses. El récord anterior, lo tenía la vacuna para las paperas, desarrollada en “sólo cuatro años y medio” en 1963. El haberlo logrado en un tiempo tan corto, significó el desarrollo de nuevas tecnologías y métodos que no habían sido utilizados antes en seres humanos. También, implicó un cambio en los procesos de aprobación de las entidades regulatorias, que típicamente se demoraban años.
Los riesgos asociados al escalamiento en la producción masiva de vacunas, ya comienzan a ser cada vez más evidentes. El lograr vacunar a millones de personas a la mayor velocidad posible, es una tarea sin antecedentes. El objetivo es generar “el efecto rebaño” que se necesita para frenar la pandemia, lo que significa cubrir aproximadamente el 70% de la población para lograr este resultado.
Para ilustrar mejor los retos y los riesgos asociados para poder escalar la vacunación, es importante poder descomponer el esfuerzo que se requiere, en las diferentes etapas del modelo de producción. Estoy seguro que este es un tema invisible para mucha gente que solo está esperando que le llegue su turno, pero sin comprender el esfuerzo y los riesgos asociados que van a permitir proteger a la población.
El primer riesgo es lograr el escalamiento de las materias primas requeridas lo cual puede generar problemas significativos de logística, legales y aún diplomáticos. También, se va a necesitar muchísima colaboración, que ha estado ausente hasta la fecha. La capacidad para producir jeringas y ampolletas existe, sin embargo el problema está en la competencia por el suministro de químicos y otros componentes producidos en diferentes países.
Asociado a la producción, hay otro problema importante derivado de la sofisticación requerida para cargar el mRNA en nano partículas de manera masiva. Este es el que da las instrucciones para dirigir a las células a hacer proteínas para prevenir la enfermedad. Es el corazón de las vacunas de Pfizer y Moderna que se usa por primera vez en humanos. Se requiere procesos muy exigentes de control de calidad que solo lo ofrecen empresas altamente especializadas. Se van a requerir alianzas para responder a estas nuevas realidades.
Para producir más de 2.000 millones de vacunas en los siguientes cinco meses, hay varios riesgos adicionales. Va a ser fundamental el aseguramiento de calidad. También necesita una logistica masiva para el manejo de los ingredientes requeridos, una mano de obra muy calificada, y aumentar significativamente la capacidad de plantas físicas para enfrentar la demanda. Este esfuerzo debe de ser acompañado por un ajuste muy importante en la regulación y nuevos estándares.
El siguiente riesgo en la cadena de suministro de las vacunas está en el manejo de la logística del frío que se requiere especialmente para guardar por tiempos largos las vacunas de Pfizer y Moderna. Se necesitan empresas para producir grandes cantidades de hielo seco y cuartos fríos especiales para su almacenamiento. Este último punto va a ser crítico en la segunda parte del año, cuando la demanda haya bajado y las vacunas que se produzcan haya que almacenarlas. Todos estos requerimiento van a ser un problema serio en los países y las regiones que no tienen esta disponibilidad.
Para acompañar todo el proceso con los altos estándares y protocolos exigidos, así como para la aplicación de las vacunas y su seguimiento posterior, se va a necesitar mucho personal. El problema de la aplicación es que es más lenta y requiere 3.5 veces más gente que la requerida por la vacuna de la influenza. En los Estados Unidos se estima que este esfuerzo absorberá el 20% de la fuerza laboral de las cadenas de farmacias habilitadas para vacunar.
Por falta de personal capacitado y procesos organizados, en estados como el de NY, se han dejado de aplicar el 27% de las vacunas recibidas. Solo dos sitios, según el NY Times, lograron el 100% después de prepararse por más de cinco meses. En las entrevistas realizadas por este diario, este es un factor crítico para escalar la vacunación y evitar la pérdida de material.
El artículo del NY del día lunes pasado: “Sabemos muy poco de la debacle de la vacunación en América” es muy ilustrativo del riesgo organizacional asociado.
En otra serie de artículo de la revista Time de Feb 1 de este año, muestran en detalle las dificultades que han tenido los gringos en poner a operar la distribución y aplicación de las vacunas. De muchas entrevistas realizadas para esta edición :
“es claro para los expertos en salud, en logística y autoridades de gobierno, que ha habido un enfrentamiento frecuente entre sí , por problemas de malas comunicaciones, coordinación y desconfianza, a medida que han ido buscando superar los múltiples obstáculos y desafíos logísticos, en el camino de construir una campaña de salud partiendo de cero”
Y más adelante:
“Lo que ya es una tarea complicada de logística, se le suma la falta de fondos y de personal de salud especializado, que ya está desbordado con las pruebas del Covid-19, el seguimiento y las campañas para enfrentar la pandemia, para no hablar de mensajes contradictorios, que han dejado en la oscuridad a los estados, en relación a cuántas son las dosis disponibles y cuando las piensen disponer”
Los comentarios anteriores, muestran qué hay riesgos muy grandes en la cadena de valor para la vacunación, relacionados con el proceso administrativo requerido, para organizar el almacenamiento, la programación de las aplicaciones y el minimizar el incumpliendo de la gente. Si no se logra, la posibilidad de pérdida de vacunas puede ser muy alta porque deben de ser aplicadas en un tiempo muy corto después de abrirse los contenedores.
Experiencias pasadas, en vacunaciones , muestran qué hay potencialmente una pérdida muy grande por falta de almacenamiento, refrigeración y programación.
El siguiente riesgo está en no contar con sistemas digitales robustos para poder hacer el seguimiento a quienes han sido vacunados. Es un tema fundamental para la planeación, distribución, control y coordinación del proceso a la velocidad y escala qué hay que lograr. Se necesita un software para poder manejar adicionalmente la colocación de la segunda vacuna. A la fecha, en los Estados Unidos donde me encuentro en la actualidad, se han presentado serios problemas de coordinación y suministro para la segunda dosis.
En el análisis que hace McKinsey de este tema, visualiza riesgos importantes en términos de la seguridad y privacidad de la información recolectada y de los ataques de hackers a los sistemas centralizados de salud. Se han reportado ataques a la ciberseguridad de las empresas productoras y los reguladores en diferentes partes.
Como se puede ver en este blog, que resumen un estudio muy completo de los problemas para desplegar masivamente la vacunación de millones de personas, vamos a tener que moderar las expectativas en Colombia. Anoto sólo dos: unos serios riesgos de corrupción en el sistema de salud y la capacidad institucional del Estado para lograr la meta de Duque de 35 millones de personas a mediados del año.
*Este articulo fue publicado originalmente en http://ciudadanoglobalfm.blogspot.com/