Desde su génesis, el ser humano a nivel lingüístico se ha diferenciado del resto de los seres de la naturaleza, por ser el único que posee la facultad del lenguaje articulado. A pesar de sufrir grandes transformaciones en el tiempo, el lenguaje ha conservados algunos matices. Esta evolución del lenguaje está relacionada con la necesidad de interpretación e inventiva, generándose una continua creación de terminologías o palabras, las cuales permiten poder enriquecer nuestro léxico.
Para evidenciar lo anterior, utilizo como punto de referencia, una de las obras más representativas de la literatura universal: Don Quijote de la Mancha, donde encontramos el uso de refranes, a través del fascinante recorrido de las aventuras, entre Don Quijote y Sancho Panza, quienes los utilizan como elemento comunicativo.
En la obra se encuentran dos caras de la misma moneda: El lenguaje popular evidenciado, en el personaje de Sancho Panza y el lenguaje culto, utilizado por Alonso Quijano, donde predomina un refinamiento estético, exquisito y típico de la época de los estudiosos de las artes y las ciencias. Aunque Don Quijote cita algunos refranes, su ingenio para la creación de nuevas maneras de comunicarse, no es tan eficiente como la de su escudero Sancho Panza, por ser de corte social, tuvo la oportunidad de interactuar con el pueblo, es precisamente en este tipo de esferas social, donde es común la utilización de refranes. Su origen es incierto, lo único real, es que se empleaban con un fin satírico y burlesco para dar a conocer los sucesos del diario vivir de los pueblos.
Retomando la obra, observamos que Sancho Panza hace uso de ellos, al hablar y relacionarse, este es su máximo potencial lingüístico y enciclopédico. Con el empleo de los refranes Cervantes hace una exaltación a la idiosincrasia de la vida de los pueblos y a su tradición folclórica, convirtiendo la obra en un encuentro de clases sociales.
En esta historia se encuentran dos personajes disímiles. En primer instancia, Don Quijote, quien cita continuamente las novelas de caballería y los autores clásicos, culpables según su sobrina, su ama de llaves y el sacerdote de su locura. Por otra parte Sancho Panza, ser extremadamente ambicioso, movido únicamente por la presunción de poder.
Muchos de los refranes mencionados en la obra son conocidos, en ciertos casos, han sufrido cambios semánticos, debido al facilismo lingüístico de los hablantes, pues los fonemas originales no existen, en otros casos, se han adicionado nuevos; por ejemplo, no es: “poco, pero seguro”, sino “ vale más un pájaro en las manos, que mil volando”. No es: “su san Martín le llegará, como a cada puerco “, ahora decimos “a todo puerco gordo, le llega su San Martín”.
Los anteriores refranes son una muestra del contenido del Quijote, la obra incluye muchísimos, lo cual certifica que Cervantes siempre estuvo ligado a las tradiciones de los pueblos, a su forma de hablar. Dando ejemplo del valor estético del mundo. Por otro lado la simplicidad, histriónica de Sancho Panza vigorizó el mundo cervantino.