En el calabozo de la Sijín en Medellín no salpica agua ni orines cuando uno pisa, porque es casi imposible caminar. El espacio está construido para 33 personas, pero hoy hay 194 personas encerradas.
Los presos en Medellín, literalmente, no caben. Por ejemplo en la cárcel de Bellavista, una de las tres que hay en el Valle de Aburrá, caben 2,224 personas pero hoy hay 4,872. Los brazos salen por cada rendija buscando espacio.
La situación llegó al peor escenario posible: la Fiscalía suspendió las órdenes de captura en Medellín. Tuvo que hacerlo, pues no tienen donde dejar al capturado. Quiere decir que Carlos Soto Isaza alias Soto por ahora no tendrá respirándole en el cuello a la Fiscalía. Tampoco alias Tom o Carlos Chata, los tres más buscados en la ciudad de las flores. En promedio en Medellín se hacían 35 capturas diarias en las que la Fiscalía dejará de contribuir, y queda en manos de la policía seguir capturando, pero ¿para meter dónde?
Jorge Carmona, defensor de los derechos humanos en el Valle de Aburrá, recuerda cómo el Alcalde de Medellín se ha mantenido en enviar cartas al gobierno central pidiendo ayuda. Pero en época de campaña recibió a los tres sindicatos del INPEC en Medellín y les prometió que haría todo lo posible por solucionar las condiciones de las cárceles en Antioquia.
Porque al caído caerle, y al parado correrle. No solo las cárceles hace años no deberían recibir un preso más, sino que las condiciones laborales del INPEC tienen hoy a los guardias en paro. Cada guardián trabaja 24 horas y descansa 24, lo que hace que tengan semanas en las que alcanzan a trabajar 96 horas. El sueldo promedio es de $2 millones de pesos.
En la cárcel de Bellavista hay 40 guardias que cuidan a los 4,872 internos. En el patio 2 hay 1,700 guardias, y dependiendo de la hora puede haber hasta un solo guarda cuidando las horas de descanso de los presos. Lo mismo pasa en el patio 4 y en el 17. Cuando el INPEC entendió la insostenibilidad de la situación, optó por declarar la operación reglamento: permitían el ingreso de un preso solo si había uno que hubiera cumplido la condena y fuera puesto en libertad.
En el búnker de la Fiscalía en el último año había largas colas de los visitantes para ver a los presos. La imagen hace 5 años era impensable, pues acogía un màximo de 34 personas. Pero hoy hay 84 sindicados o sentenciados que no han podido ser recolocados. Pero las filas ya no se ven, pues por un fallo se les retiró este privilegio a los presos. Jhonatan* ahora también está privado de la hora de sol por el mismo fallo, y está recibiendo el desayuno a las 2 de la tarde. Los presos acá comen 2 veces al día.
Las tres cárceles tienen índices de hacinamiento de más del 100 por ciento. Pero la realidad más cruda se vive en las 21 estaciones de detención, donde el porcentaje puede llegar al 300%. La bomba explotó con la suspensión de órdenes de captura. Para Carmona, que se ha dedicado a luchar desde hace 12 años, la solución empezaría a verse con la construcción de una cárcel para sindicados, pues solo entre la de Bellavista y el Pedregal son casi 5,000 los que no han sido declarados culpables. Pero para él es muy difícil que esto se solucione rápido pues depende de voluntades políticas.