He leído con fruición lo escrito aquí en Las2orillas a raíz de las acciones de Gentil Duarte. En el Caquetá, y quizás en el Huila, mucha gente se llama Gentil, de manera que con ese nombre la idea era mimetizarse con un nombre muy común. Al parecer Gentil, sigue siendo muy gentil.
Los problemas post-Farc me han remitido a algunas lecturas que he venido haciendo acerca de las razones de la caída del socialismo en Rusia, Europa Oriental y China y aunque se crea que esté desconectado, con el advenimiento de Donald Trump al poder. Todo esto estaría ligado a un fenómeno debatido en su momento por Rosa Luxemburgo una de las más afamadas teóricas del socialismo.
Planteaba Rosa Luxemburgo una diatriba contra toda la socialdemocracia del momento acerca de la inminente crisis mundial del capitalismo. Defendía el aparatoso final de este sistema a partir de su incapacidad para seguir reproduciéndose ad infinitum pues, luego, de la conquista de América y de otras áreas no le quedaban más territorio para expandir su voracidad. Incluso tomado el capitalismo como simple fenómeno territorial y geográfico, que no lo es, bueno, pues ha resultado al final de las vueltas, quién habría de créelo, que ahora el capitalismo en su fagocidad ilímite tiene más amplios territorios: todo el anterior campo socialista, es decir, Rusia, China, Europa Oriental; potencialmente Cuba en el futuro, etc.
Y luego de la destrucción del campo socialista se desata una voracidad terrible, depravada e histérica, de parte y parte: del mundo capitalista supérstite por adueñarse de tajadas gigantes del excampo socialista, y de éste por disfrutar las mieles del capitalismo comprando propiedades y reinstalándose en el núcleo imperialista, luego de robarse toda la riqueza acumulada y privatizada de sus antiguas sociedades. ¡Las leyes vuelan en átomos! Esto explica en parte el fenómeno Trump muchos de cuyos inversionistas socios, que le permitieron levantarse y eludir sus deudas, devienen de Rusia. ¿Quién ha podido facilitar esos negocios? Vladimir Putin.
Blanco es, gallina lo pone, frito se come…
Hoy Trump estaría en otra fase de negocios mucho más monstruosa. A través de su presidencia intentaría armar una marca Trump, imperialista por sí misma, ya no simplemente para tragarse a Rusia, que estaría consolidada; pretende hacer que chinos y europeos hagan sus mejores negocios a través de su marca, sin que él tenga que invertir un solo centavo; solo recibiría comisiones por agenciarlos con su marca. Pero, ¿será que la marca país es endosable a una marca Trump? No lo sabemos, la película todavía no ha terminado.
Desde el lado del socialismo caben muchas preguntas. ¿Es el socialismo una etapa del imperialismo según la cual se adecuan ciertas sociedades especialmente atrasadas para su asalto y dominio posterior? El socialismo sería algo así como una fase para crear inmensas sociedades y luego venderlas cuando estén maduras para la inversión. Los millones de muertos los cargaría el socialismo. Estos asuntos subyacen a la situación actual de Venezuela, sea que sigan o no, su supuesta tendencia hacia el socialismo, que ya nadie les cree. Venezuela ahora se ofrece como un plato exótico incluso para opciones como las de nuestra derecha que puede devenir expansionista. Con la sola reinstauración de las exportaciones, algo así como seis mil millones de dólares al año, tendrían para anhelar una intervención; aunque tal como está Venezuela, seguramente irían por mucho más. De allí el inminente peligro de una guerra con Venezuela que en otra nota había advertido, sobre todo cuando ya las Farc no serían un potencial enemigo armado interno. Recuérdese que Rusia devino socialista porque el Ejército Rojo fue cooptado por el bolchevismo y los zares, o quizás para el momento Kerensky si no estoy mal, no pudieron combatir a los alemanes.
¿Y qué tiene esto que ver con alias, Gentil Duarte? Bueno pues el trasunto es que 50 años de guerrilla algún haber erigen, sin mentar la simple ocupación territorial. Toda esa pericia, de cualquier clase que sea, tiene un valor exótico de mercado, sobre todo si se han fraguado viejas alianzas con los carteles mexicanos. La lógica subyacente es fría y hierática: ¿quién iba a quedarse con el negocio del tráfico de estupefacientes luego de acabarse las Farc? La equiparación, para lograrlo, entre la burocracia soviética post-socialista que habría derivado hacia una mafia, con la de los combatientes post-Farc, es apenas evidente. Ojo, aquí no cabe ninguna tipo de hipocresía social. Obviamente el problema no es el narcotráfico, el problema es Gentil que se estaría quedando con utilidades que otras manos desearían. ¿Quién podría agenciar esto? Ya lo dije: blanco es, gallina lo pone…
Y qué pasa con las pos-Farc, así sin t, pues no serían después de la Farc sino distintas. La idea que puede expresarse sería la siguiente: ¿son las pos-Farc una especie de haecceidad socialista? Es decir, configuran todavía un territorio, quizás un imaginario simbólico, donde no ha prendido del todo el ideal democrático de nuestra sociedad, cualquier cosa que creamos que eso signifique. ¿Cabría allí la gestión de algún otro Gentil Duarte que vaya y ausculte? Bueno, no se sabe, esta película apenas empieza. Hay algunos trailers…
