La reunión del senador Mauricio Lizcano con el presidente Santos la semana pasada para expresarle el respaldo a su gobierno no bastó para despejar las dudas que existen sobre su compromiso y lealtad con el expresidente Uribe, que viene de tiempo atrás: es su padrino de su boda, y sus buenos resultados electorales en Caldas, los obtuvo en coalición con el representante a la Cámara Juan Felipe Lemos Uribe y el concejal Jesús A. Echeverri, herederos del exsenador Mario Uribe, primo del expresidente, a quienes acompañaron desde la fundación del movimiento Colombia Democrática en el 2002, liderado por los primos Uribe antes de su desembarco en el Partido de la U. Este antecedente y el declarado antisantismo público de su esposa Marcela Betancur, no solo le han dificultado a Lizcano su aspiración a la presidencia del Senado sino que le ha complicado su situación al interior de La U. En el partido de gobierno no hay consenso y la pelea por la votación prevista para este viernes 11 de julio será a muerte. A pesar de que el presidente Santos ha dicho que no va meter la mano, puede surgir una nueva cara, de salvarse la curul de Jorge Eduardo Gechen en el reconteo del Consejo Nacional Electoral, el gallo tapado puede ser este político huilense que cuenta con la venia presidencial.
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