La semana pasada asistí a un congreso donde los directivos de las instituciones responsables por la ciencia y tecnología del país exponían la situación y las perspectivas de la ciencia y la tecnología.
Me llamó profundamente la atención que se enfocaron en tres factores que consideran claves para el éxito de las políticas de ciencia y tecnología:
- Pertinencia
- Burocracia
- Percepción pública de la ciencia y la tecnología
La pertinencia hace referencia a: en qué se deben invertir los recursos públicos disponibles para ciencia y tecnología. Los recursos naturales de los que dispone un país son su mayor riqueza, pero en la mayoría de los casos estos no son renovables. Por esta condición se hace necesario transformar esa riqueza en conocimiento y con ese conocimiento generar nueva riqueza. Los responsables de llevar a cabo esta transformación son los doctores y los centros de investigación y de educación superior. Lastimosamente, el número de doctores colombianos es muy inferior al de naciones con altos estándares competitivos en ciencia y tecnología. Solo por dar una cifra, Colombia gradúa 6,6 doctores por cada millón de habitantes, mucho menos que Estados Unidos que tiene 200 doctores por cada millón de personas. Y con estas cifras, Colombia aspira a ser el país más educado de Latinoamérica en 2025...
Lo triste no es contar con tan pocos doctores, sino desperdiciarlos, es una inversión enorme de recursos públicos para tener doctores desempleados. Es aquí donde entra a jugar el segundo factor: Colciencias abrió una convocatoria para generar cupos de postdoctorado e impulsar la vinculación de los nuevos doctores en el sistema de ciencia y tecnología. Sin embargo, parece ser que Colciencias no escapa a la epidemia de corrupción que afecta a todas las esferas de la sociedad colombiana. El proceso de selección de los candidatos tiene dudas de transparencia. Doctores que no cumplen los requisitos están siendo incluidos en la lista de candidatos habilitados para obtener recursos públicos.
La burocracia colombiana que brilla por sus prácticas clientelistas y nepotistas parece tener lugar en los funcionarios de Colciencias. He solicitado por escrito en dos ocasiones a Colciencias que por favor me aclare por qué doctores que están bajo las mismas condiciones son incluidos o excluidos de la convocatoria 784 de 2017. Su respuesta ha sido vaga y poco satisfactoria. Es aquí donde entra en juego el tercer factor, el ciudadano del común considera que invertir en ciencia y tecnología no es necesario para el desarrollo del país, acredita que se deben invertir sus impuestos en otras actividades y peor aún que no vale la pena formarse como científico.
Yo que estoy en la ultima fase de mi formación de doctor empiezo a pensar lo mismo. Emigrar o dedicarme a otra actividad y dejar que los funcionarios poco transparentes distribuyan nuestros impuestos destinados para ciencia y tecnología como quieran, que sigan repartiendo privilegios a sus amigos y/o conocidos.