En estos tiempos, habiéndose reducido las dictaduras de izquierda y derecha, surgen los mandatarios populistas, quienes no acatan principios democráticos ni el Estado de derecho, guiándose solo por su voluntad y deseos.
Esto es grave porque de no seguir un tejido jurídico, creado durante siglos en largas noches de vigilia, la estructura social se quiebra, sobreviniendo un estado de anarquía, semejante a tiempos idos, que de no frenarse acaban con un largo trabajo, acompañado de sangre y sufrimientos.
Por eso se requiere de los gobernantes democráticos para iniciar una campaña publicitaria, a nivel mundial de tipo educativo, basada en los principios señalados y otros iguales, en lo cual jugarían un gran papel las diferentes religiones. Lo anterior en virtud de su multitudinaria feligresía, logrando sin duda éxitos.
De la misma manera en que en otras épocas edificaron un maravilloso arsenal de ideas, con el que construyeron el mundo, se puede lograr que este no les sea destruido con el populismo y el autoritarismo que se avecina en los Estados Unidos para el 2024, con la posibilidad de volver al poder Donald Trump. Esto sería consecuente con lo expresado por el jefe de la cristiandad, el papa Francisco.
Bastará para ello añadir a sus rituales espirituales una ligera noción para el aquí y el ahora sobre los valores señalados, lo cual redundaría para todos en seguridad, confianza y paz. De esa manera se evitaría, entre otras cosas, que un fanático asesine por considerarse ofendido a un hacedor de imágenes.
Ojalá algo al respecto se haga, dado que lo visto no hace presagiar un largo futuro a la humanidad