Javier Ordoñez conocía la ley, por eso no se la dejaba montar de la policía. Dos patrulleros se obsesionaron con hacerle daño, eran los agentes Lloreda y Rodríguez. Ellos intentaron meterle una multa. Según Caracol Noticias: "Al parecer, en una ocasión, en una fiesta cercana al conjunto donde vivía Javier, los uniformados trataron de sancionarlo por consumir licor en un sitio no autorizado, pero él, con sus conocimientos en Derecho, les reprochó por una multa o detención que querían aplicarle sin fundamento".
Esos mismos patrulleros llegaron al parqueadero del conjunto donde vivía en el barrio Santa Cecilia de Engativá y querían llevarlo al CAI para vengarse de lo que ellos, con su ego insuflado, consideraban una afrenta. Por eso le aplicaron dos minutos de descargas eléctricas con su Teaser y luego lo llevaron al CAI en donde entre siete le pegaron la golpiza que terminó matándolo.
Intentaron destruir todas las pruebas de la terrible venganza, su celular, callar testigos, pero no pudieron con el fervor popular. Se inventaron una pelea con una mujer, dejaron circular en redes testimonios falsos de vecinos que lo llamaban borracho, intentaron mancillar su nombre, su memoria pero la verdad salió a flote.
Según la investigación el abogado Ordoñez tenía, según Noticias Caracol: "golpes contundentes en el pómulo izquierdo, cuello y hombros, así como lesiones que se extienden hasta el tórax. Además, en la parte occipital derecha presentaba una herida que sería la que provocó su muerte"
Ahora, lo único que falta, es esperar que haya justicia.