Todo empezó con intercambios comerciales. Textiles, confecciones, alimentos y flores salían de Cartagena rumbo al país líder en desarrollo del Medio Oriente. Instituciones como ProColombia, se encargaron de que en los restaurantes y bufetes más exclusivos de ciudades como Dubai se sirvieran Pittayas y Uchuvas de marca colombiana, muy apetecidas por esta cultura que se mostró cada vez más interesada en el país y sus entonces diálogos de paz.
Luego vinieron las concesiones migratorias. Ya Dubai no era solo un destino turístico para conocer. Al menos 8 mil colombianos salieron de Colombia rumbo a los Emiratos Árabes en busca de un mejor futuro entre el 2010 y el 2013. Fueron muy bien recibidos, lo que llamó la atención de más y más connacionales que alistaron sus maletas sin pensarlo mucho. Para el 2014, el gobierno Santos ya había abierto un consulado general de Colombia en Dubai debido a la gran comunidad de compatriotas en dicha metrópolis.
La cooperación no se hizo esperar. El gobierno emiratí fue uno de los más férreos aliados internacionales del proceso de paz con las Farc. En la visita oficial de Santos a Abu Dhabi en 2017, cuando ya se había firmado el acuerdo, el expresidente Santos fue recibido por el príncipe heredero Mohamed bin Zayed al Nahyan quien le notificó de los 45 millones de dólares que Colombia recibiría como espaldarazo para el proceso de implementación. Ese mismo año, sucedería la tragedia de Mocoa, que acabaría con la muerte de 336 personas y dejaría miles afectados. El gobierno Emiratí mandó un cheque a través de su embajada por 7 millones de dólares para la reconstrucción de la capital del Putumayo.
Entretanto, el oro de Colombia se volvió una obsesión para la familia real de los Emiratos. Minesa, empresa de la que es accionista mayoritaria la monarquía emiratí a través de su emporio empresarial, anunció días después de la visita del expresidente Santos en 2017, una inversión adicional de cerca de mil millones de dólares en varios proyectos que representaría presuntas afectaciones al Paramo de Santurban, lo que prendió las alarmas en la sociedad civil colombiana. "Lo que tiene Emiratos Árabes se mide en trillones de dólares", destacó el ex presidente a su llegada devuelta de dicho viaje.
En el 2018 los Emiratos quisieron pisar aún más duro en Colombia cuando compraron uno de los predios más costosos de Bogotá para hacer de este su embajada e izar su bandera en plena carrera séptima de la capital, la más importante en el país. Además, aumentaron su personal diplomático para cooperación política y redujeron el consular para tramitación de documentos a viajeros cuando eliminaron las restricciones de visas de turismo ese mismo año.
En medio de la pandemia, los emiratís se han portado muy bien con los colombianos. A principio de abril, recién empezaba a sentirse la llegada de la pandemia a Colombia, llegó una donación de 10 mil pruebas rápidas para la detección del COVID-19 al laboratorio de la Universidad de Antioquia en un Boeing B777 de Etihad Airways, que el primer ministro de Emiratos Árabes, Mohammed bin Rashid Al Maktum envío. Además, llegaron 5.000 overoles (trajes protectores), 15.000 vestidos médicos, 500 mil guantes, 30 mil cubiertas de zapatos, 20 mil máscaras y 6.000 desinfectantes.
Después, en junio, 18 toneladas de insumos llegaron al país provenientes de los Emiratos Árabes Unidos y repartida en ciudades como Medellín y principalmente a Barranquilla, donde el COVID-19 estaba desbordado. El embajador de Colombia en Emiratos Árabes, el barranquillero Jaime Amín, se puso la camiseta por su ciudad y le envió al alcalde Pumarejo 50.000 pruebas rápidas, 20.000 máscaras, 200.000 guantes y alimentos para 2.000 familias.
El pasado 28 de julio llegó la tercera donación en vuelo directo de los EAU. Ventiladores, pruebas, instrumentos médicos y de seguridad biomedica llegaron abordo del mismo avión de Etihad que en todas las ocasiones ha transportado las toneladas de donativos y también ha repatriado cientos de colombianos atrapados en el Medio Oriente.
Las buenas relaciones colombo-emiratis han llegado a un punto que, como si fuera poco, por orden del ministerio de interior Emiratí, la bandera colombiana se tomó el edificio más alto del mundo, en la noche del 20 de julio, día de la independencia nacional, el cual se celebraba en medio de estricto confinamiento en todo el territorio colombiano.
El Burj Khalifa, 828 mts., en Dubai, el edificio más alto del mundo, festeja también los 210 años de la Independencia de Colombia. Gracias al gobierno de los Emiratos Arabes Unidos por el noble gesto de gran amistad entre nuestros pueblos. 🇨🇴🇨🇴🇨🇴🇦🇪🇦🇪🇦🇪 pic.twitter.com/mwlQsJQaxv
— JAIME AMIN (@JaimeAminH) July 20, 2020