Hay un termino que vuelve a salir a flote pero que muchos no conocen. Los POBRES VERGONZANTES o pobreza oculta. Esos "ricos", esa clase media-alta que alguna vez tuvo una solvencia e incluso vivió en grandes casonas pero que ahora no tiene nada, ni un peso, ni un plato de comida. A duras penas conservan sus casas, con miles de deudas pero permanecen allí, castigados por el estado inconscientemente, ya que, "viven en barrios de estratos medios y altos", y por lo mismo a su vez, es difícil ubicarlos.
Pero el problema en sí no es dejarse ubicar, el problema es que no se quieren dejar ubicar. De allí ese calificativo, POBREZA VERGONZANTE, pobreza que se niega a salir a la luz porque solo los que una vez tuvimos mucho y ahora no tenemos nada, sabemos lo duro que es reconocer que se estuvo arriba y ahora no se tiene ni un pan para el desayuno.
Grandes casonas que de puertas para fuera, lucen la gloria pasada y son flanqueadas por el "mira, la casa de la familia tal y tal", pero por dentro, ocultan abandono, pobreza, hambre. Como dicen las abuelitas, "la procesión va por dentro" .
Y qué mejor que esta crisis y esta cuarentena para volver a sacar esta realidad que, a pocos les importa y a pocos les ha merecido un análisis, pero nos refriega en la cara, una realidad a la que le giramos las espaldas.
Es una situación que nos demuestra lo individualistas que somos, la crisis de empatía por la que cruza la sociedad y la falta de comunidad a la que simplemente respondemos haciendonos los de la vista gorda frente a la pobreza de los vecinos; y mas cuando es en un estrato medio o alto.
La clase alta puede ser tan despreciable e implacable con los pobres, eso lo sabemos todos; pero puede ser tan destructiva y aniquilante con los "suyos" que entraron en desgracia, que no se imaginan.
Fui testigo de esto. Cuando viví en Bogotá, conocí la historia de una pareja de adultos mayores de los cuales me reservo el nombre, pero vivían en una de esas grandes casonas en el barrio teusaquillo, de esas grandes casonas que construyó el abuelo y que fue la vivienda de la familia por muchos años. La típica historia. Una familia de esos apellidos rimbombantes del centro de bogotá, de toda la vida, familias con recursos amplios, pero que entraron en crisis y la edad les impidió seguir trabajando. Supe de esta familia con unos conocidos y por medio de ellos me enteré que eran muchas las familias del mismo estrato que vivían la misma situación.
Esta pareja, después de mucho intentar, nos abrió las puertas de su casa, una casa bellisima por dentro pero notoriamente descuidada por el pasar de los años, con inmobiliario fino, pero habitada por una familia que solo vivía de glorias pasadas. No tenía que comer y se negaba a ir a los comedores comunitarios que habían por esa época cerca a esa localidad. En varias ocasiones junto con unos amigos le llevamos comida a ellos y a otros vecinos. Al principio no quisieron aceptarla porque sintieron verguenza, pero después, al apremiar el hambre, no les quedó mas que "aceptar una mano".
Este fue un problema que se evidenció a finales de la década pasada. En el año 2008 la Alcaldía Local de Teusaquillo publicó un libro titulado "Pobreza oculta en estratos 3 y 4, una nueva realidad en Bogotá", el cual arrojó que unas 20.000 personas de clase media en este sector vivían en la pobreza. Y señalaba la alcaldesa local de ese entonces que “La pobreza no es patrimonio exclusivo de una clase o estrato social determinado. Que viva en estrato 4 no conduce a deducir que una persona sea acomodada, que no requiere especial atención en materia social”.
La estratificación es una discusión que, en una crisis como la del coronavirus, y en el debate social y de los hogares colombianos de que las ayudas son solo para los estratos 1, 2 y tal vez 3, nunca tuvo mas vigencia ni relevancia. La estratificación es una ilusión que la realidad desdibuja.
En los estratos 4, 5 y 6 también hay crisis, también golpeo el desempleo y la suspensión de contratos laborales con esta crisis. Los estratos 4, 5 y 6 también trabajan por prestación de servicios; los estratos 4, 5 y 6 también trabajan y viven al mes; los estratos 4, 5 y 6 también vieron sacrificados sus ingresos. Y esto nos muestra otra realidad subyacente en la sociedad y economía Colombiana, la supuesta clase media no tiene ahorros.
Solo por dar un ejemplo mas. La ciudad de Manizales, recibe un importante flujo de ingresos al ser una ciudad apetecida por su tranquilidad, al ser una ciudad pequeña y al tener buena oferta Universitaria. Esto hace que la oferta de vivienda sea alta, pero la demanda lo sea mucho mas. Y es una ciudad que en los estratos 4, 5 y 6 viven muchos estudiantes y mucha gente que, por motivos de cercanía al trabajo, seguridad e incluso ahorro en transporte, deciden vivir en estos estratos.
Sin embargo, son personas que trabajan para poder pagar sus estudios, que trabajan por prestación de servicios, que reciben aportes de sus padres para pagar esas viviendas, pero eso no implica gran flujo de recursos o ahorros. Es gente que esta viendo sacrificados sus ingresos y que por vivir en un estrato de estos, jamas van a recibir un alivio en servicios públicos, o alquileres o subsidios por parte del gobierno, ya que, tienen una suerte de "pobres vergonzantes", por vivir en estos estratos, el estado presume que tienen ingresos y que ante una crisis de estas, no les esta resultando difícil cumplir las obligaciones.
La estratificación no refleja la realidad de la economía Colombiana y castiga al ciudadano que, viendo sacrificados sus ingresos en una crisis de estas como la del coronavirus, o en una caída en desgracia, lo hace inviable para recibir una ayuda gubernamental o la visibilidad de la solidaridad ciudadana.
Artículo Recomendado: "La Pobreza Oculta de Bogotá", 22 de junio de 2014, por Verónica Téllez Oliveros. El Espectador.
