Yo no sé quién creyó que negociar con las Farc iba a ser muy rápido y sencillo, pero resultó no ser ni lo uno ni lo otro. Fueron más soñadores los abanderados de este enclenque proceso de paz, que el mismo Tirofijo hace 64 años, cuando inició su carrera guerrillera en las filas de las Autodefensas Campesinas Liberales; aunque como van las cosas, su sueño de llegar al poder no es descabellado para sus herederos revolucionarios.
El fin de semana pasado escuché a mis compañeros de Mundo Blu hablar de los piratas célebres de la historia del Caribe, y en algún momento se refirieron a Sir Henry Morgan, corsario, gobernante y marinero galés que hasta cueva con zancudos dejó en San Andrés, y quedó como el pirata más recordado de nuestra historia. En ese momento, pensé que no había nada más apropiado y representativo de ese entonces que la mesa de negociación de Cuba, con nuestros piratas terrestres del Caguán paseándose campantes con sus fechorías y disfrutando de La Bodeguita del Medio en La Habana, con el perdón de Morgan.
Bueno, esa es la justificación para compartirles más adelante la “historieta” (por los piratas) que me contó ayer una muy buena fuente y que les quiero narrar, no sin antes decirles que el proceso de paz comenzó mal no por nada distinto a que a los dolientes de toda esta situación, los ciudadanos de a pie en Colombia, no nos preguntaron qué era paz para nosotros y qué esperábamos de un posible acuerdo, distinto a que se dejaran de disparar armas, cesaran los secuestros y no se extorsionara a personas de bien que luchan por sacar un negocio adelante. Independiente de que estemos viciados y hartos de la violencia guerrillera, los grandepensadores del actual proceso creyeron que el problema estaba ahí y que con la negociación y firma de un papel en La Habana comenzaba el oasis de este país.
La firma de encuestas Gallup Colombia midió el pulso de la opinión nacional el pasado mes de septiembre. Sus resultados reflejan el sentimiento ciudadano que el periódico El Colombiano resumió en tres puntos:
- "Cada vez son mayores las demandas para que la paz y la seguridad se logren sin sacrificar la justicia y sin restringir las libertades". Cuántos bandazos y dudas transmiten nuestros dirigentes en este punto esencial. Y cuánta munición dialéctica y política brindan gratuitamente ministros, fiscales generales y congresistas a quienes, con fusil en la selva y con retórica envenenada desde La Habana, pretenden hacernos parecer a todos los colombianos como culpables de una guerra de agresión contra las Farc, el "ejército del pueblo".
- "La corrupción viene ganando más peso como principal problema a resolver en Colombia". El 76 % de los encuestados siente que la Colombia corrupta sigue aumentando.
- "Por primera vez instituciones como la Fiscalía, la Procuraduría y la Corte Constitucional tienen una imagen negativa más alta que la positiva. En la actualidad se vive el menor nivel de credibilidad institucional en el país".La reprobación a la gestión del presidente de la República vuelve a subir (llega al 49 %) y la sensación de que las cosas van empeorando sube del 37 % al 51%.
Señores políticos, el gran problema de Colombia son la mayoría de ustedes que al igual que como iniciaron este proceso de paz, han negociado todo bajo la mesa, sin que los ciudadanos sepamos. Por su culpa, este país está saqueado. Nos atracan a través del pago de impuestos que no se ven por ninguna parte, buscan solo sus propios beneficios y poco o nada han aportado a esta sociedad violenta por la carencia de educación, salud, valores y todo lo que debiéramos tener, porque somos un país rico. Si eso no fuera así, no existiría la guerrilla y menos hubieran llegado los paramilitares. La paz viene desde el interior de cada ciudadano, pero es muy difícil suscitarla con personas como ustedes, líderes nada ejemplares; corruptos. Lo dice Gallup técnicamente y lo traduzco yo escuetamente.
Ahora, la “historieta” que les prometí, con piratas y todo. Para las “reelecciones” que acaban de pasar —supe por mi fuente—, que el presidente Santos hizo un acuerdo con Germán Vargas Lleras, vicepresidente. Consistía en que una vez se firmara la “paz exprés” —no tan exprés—, Vargas Lleras asumiría la presidencia. Como el proceso de paz anda tan envolatado, el presidente está cansado de todas las presiones de militares y colombianos en general que creen muy poquito, por no decir que nada, en este remedo de negociación. Santos no quiere exponer a su “as político” a quedar inhabilitado para el próximo periodo presidencial. Así entonces, y viene la otra parte de la historia, se fue de periplo por Europa. A diferencia de todas las suposiciones de que estaba buscando apoyo para el Nobel de Paz, o dinero para el posconflicto, se fue a pedirle ayuda a la comunidad internacional para desenmarañar el enredado proceso de paz. ¡Sí, así de anudado está! Por lo que supe, el primer salvavidas se lo va a botar el canciller español, José Manuel García, quien vendrá próximamente al país, no sin antes pasar por el buque de las Farc en La Habana, llevarles una razón a sus piratas (esa sí no la sé), venir y traer la respuesta, volverse por la misma vía y llamar desde Madrid (¿o mandará emisario?).
Ahora Timochenko, el pirata de agua dulce, dice que los diálogos no se reanudan fácilmente. Yo no sé quién se comió el cuento de que estos bucaneros iban a La Habana a “discutir” los puntos del proceso. Fueron a revisar “los negocios” y a fijar la estrategia terrorista que hoy nos estamos tragando. Como dijo Winston Churchill: “El que se arrodilla para conseguir la paz, se queda con la humillación y con la guerra”.
¡Feliz resto de semana!
