El 3 de abril es la fecha señalada para que la petrolera estadounidense Chevron levante sus bártulos y salga de Venezuela. En febrero, Trump dijo en una publicación en las redes sociales que terminaría la licencia debido a las condiciones electorales no cumplidas por el presidente Nicolás Maduro y la insatisfacción por el ritmo de las deportaciones de inmigrantes venezolanos programados. La amenaza del mandatario republicano se ha concretado. Hasta la medianoche de ese día podrán hacerse transacciones de la empresa y sus subsidiarias, pero nada relacionado con el pago de impuestos, regalías y dividendos a Petróleos de Venezuela (Pdvsa).
La pregunta sin respuesta clara hasta el momento es cómo harán Nicolás Maduro y su ministra de Hidrocarburos y vicepresidenta ejecutiva para cubrir el hueco que dejará la última de las petroleras de Estados Unidos en abandonar el país. Las licencias otorgadas por la Administración de Joe Biden a Chevron, en 2022 en las negociaciones con el chavismo, permitieron a Venezuela salir de la postración. La actividad de Chevron fue autorizada para pagar deudas de USD 3.000 millones de Pdvsa con la multinacional, pero a la larga permitió reactivar la industria petrolera venezolana, desmantelada por años de malos manejos.
Además: ¿Quiénes son los dueños de la gasolina que le pone a su carro y que está por las nubes?
Nicolás Maduro se encuentra de vuelta sin el motor que le ha ayudado a levantar la economía hasta 5 % el año pasado con inflación de 85 %, la menor en una década según el Observatorio Venezolano de Finanzas. Por ahora la respuesta ha sido más de palabras y nombres que de obras. Ha ordenado la activación del “Plan Independencia Productiva Absoluta”, como tantos otros con los que ha intentado reactivar el aparato económico mientras el chavismo adopta un nuevo lema: “No esperemos nada sino de nosotros mismos”, que atribuyen al prócer José Gervasio Artigas.
Más que las acciones de Maduro, parece promisorio el lobby de Chevron
El director ejecutivo de la segunda petrolera de Estados Inidos, Mike Wirth, solicitó la extensión de la licencia durante reuniones de Trump con altos ejecutivos de esa industria el miércoles, citando preocupaciones de que las operaciones a gran escala no se pueden trasladar de la noche a la mañana y que una salida apresurada podría abrir una oportunidad para que China u otros actores intervengan.
Trump está considerando esa posibilidad, según se conoció en primera instancia a través del Wall Street Journal. En lo que no hay marcha atrás es que Estados Unidos “no seguirá fortaleciendo a Maduro con la compra de petróleo”, y estudia imponer sanciones financieras a otros países que mantengan relaciones comerciales con el gobierno venezolano. El Secretario de Estado, Marco Rubio se planta en que la negativa de aceptación de los vuelos de los repatriados acarreará sanciones, sin especificar.
Pdvsa en alerta
El más operativo es el camino señalado por Pdvsa. Reuters informó que la petrolera estatal diseñó tres escenarios operativos para continuar la producción y exportación de petróleo en Petropiar si efectivamente expira la licencia de Chevron el 3 de abril.
La petrolera estatal que mantiene la mayoría accionaria en sus asociaciones con Chevron, tiene previsto mantener la producción de crudo pesado Hamaca en Petropiar en un rango de 105.000 a 138.000 barriles por día, como en los últimos meses.
Parte de esa producción será destinada a refinerías nacionales junto con subproductos como gasóleo de vacío, clave para la fabricación de gasolina de bajo octanaje, mientras que el resto se exportará a mercados distintos de Estados Unidos.
El plan busca evitar la paralización del mejorador de crudo y el cierre de campos petroleros operados en conjunto. Además, reducirá el movimiento de buques tanque que Chevron usa entre puertos nacionales antes de su exportación.
El hueco que dejaría Chevron es importante porque en el momento de la determinación de Trump reportaba 240.000 barriles por día, cerca del 23 % de la producción total del país, lo que representa alrededor de USD 6.000 millones en ingresos.
Los esfuerzos por atraer inversionistas como está haciendo hoy con la minería Delcy Rodríguez en Expo Metal 2025 en el estado de Bolívar, tropieza inevitablemente con un inmanejable riesgo país desde Washington en manos de Donald Trump.