La Colombia racional, educada y tranquila (gracias a Dios, mayoría) despachó de un tajo, a los furibundos seguidores ofensivos de izquierda y derecha.
Quienes al final son iguales. Lo que cambia es la ideología, porque de seguir como vamos (gobernados por los de Uribe), igual llegaremos a la ruina y miseria de la Cuba, Nicaragua y Venezuela, con las que tanto atemorizan. No tengo que mencionar los incontables y descarados casos, donde se "abudinearon" el erario.
Con alta votación, le dijo que no y de inmediato la Colombia racional, a todo lo que tiene que ver con Uribe. Y en el mismo acto, también, declaró perdedor de manera anticipada, al Petro que ganó.
Dos presas pútridas en una sola cesión de caza.
El que sabe de argumentos tiene educación y conocimiento, jamás ofende mientras se expresa. Mas el frustrado, escaso de ideas y mente, fácilmente tilda de ignorante a quien le contradice.
Al viejo decadente de los crocs, en dos ocasiones, el pueblo mayoritario le mostró su desprecio en esta ultima contienda.
Primero, con su ungido inicial de apellido Zurriaga, como decía la graciosa abuela en la campaña presidencial donde ganó Santos. (Quien a propósito, era el que dijo Uribe, y con quien también perdió a pesar de haber ganado).
A Zurriaga o Zuluaga, le tocó renunciar en las tempranas consultas interpartidistas, al ver el nulo auge de aceptación que suscitó su desgastada y ridícula imagen. A pesar de ser él, también, el que dijo Uribe.
Ahora, con la victoria contundente y en tan corto tiempo de campaña, de un septuagenario Hernández; volvió a perder. Muy a pesar de que, por estrategia y para no hacer daño, no apareció en la campaña de Fico con su desprestigiado y perjudicial guiño de apoyo.
Pero también perdió el Petro soberbio y sobrado quien, totalmente convencido de su condición invencible, aceptó como aliados en sus huestes a cuanto corrupto innombrable se quiso acercar.
Corruptos reconocidos quienes: primero fueron aduladores serviles y por conveniencia de Uribe, después de Santos, ahora de Petro, y próximamente del viejito quien, sin ninguna duda, será el triunfador. Ya veremos si éste, que no ha necesitado de nadie, los va a aceptar como aliados en gobierno y después de campaña.
Y los áulicos del reyezuelo de izquierda (quien jamás nos gobernará, gracias a Dios) desesperados tratando de convencer a quienes ya están decididos.
Convencer con rebuscados argumentos pero sin ninguna lógica, de:
-Es con los Barreras, Benedettis, Córdobas, Pradas y un enorme etcétera de corruptos aliados en su campaña, que combatirán la corrupción.
-Que Gaviria, Fajardo e incluso el mismo Hernández, eran o serán buenos, pulcros e impolutos, siempre y cuando acepten el desesperado llamado a unirse con ellos. Apenas deciden apoyar al contrario, son de la peor calaña y mas deleznable ralea.
-Y peor aún, tratar de convencernos que, en el hipotético caso de ausencia temporal o definitiva del presidente electo y en pleno ejercicio, nuestra amada Colombia, nuestra única y muy apreciada casa, podrá ser dirigida, cuidada y bien mantenida, por doña Francia Márquez. ¿Es en serio?
Colombia, reconozco con sorpresa que aun te amo, a pesar de que ya convencido estaba, que habíamos terminado.