¿Cuántos Pablo Escobar y cuantos guillermos cano habrá, así, en minúscula, en la Colombia de hoy?
He visto por estos días varias series de narcos, casi todas basadas en las aventuras de Escobar, y solo me queda la gran duda de saber si todo ello hace parte de una ficción maravillosa o la foto de una espantosa realidad.
Y pido perdón por meterme a imaginar cosas.
Los años ochenta nos dejaron una gran lección: el negocio de la coca es tan grande, deja tantos beneficios económicos, es tan loca la plata que genera que la historia nos enseña que no se ha inventado aún la mejora para el mal.
La lucha frontal contra esa cosa solo demostró que siempre hay muchos, muchísimos, luchadores contra esa cosa que por asuntos del dinero a borbotones o del terror al que puedan caer, siempre terminan siendo parte de aquel engranaje sucio.
Legalizar esa mierda y ya.
Eso lo llevan proponiendo gente muy pensante
por muchos años
O legalizar esa mierda y ya. Eso lo llevan proponiendo gente muy pensante por muchos años, y solo me inquieta demasiado que pasemos de ser un país inequitativo como pocos, corrupto como muchos y ahora tildado como el país del mundo narco.
Carambas, cómo que no.
También se probó ajustar las normas penales a su libre arbitrio, con prisiones de mentiras y condenas de risa. Y tampoco, una vez se aburrieron de la fiesta, salieron de su jaula de oro.
O mejor sigamos en lo mismo, y que dios nos coja confesados
Y confesados o no, la coca sigue viviendo, y cada vez con más bríos, y por mucha presión que haya solo se logra que el gramo de esa vaina cueste más y haga aún más rico a ese tenebroso submundo del cual estamos ajenos y alejados viendo cada tres días en las noticias lejanas que un nuevo guillermo cano ha sido asesinado.
Y hablando de…
Y hablando de fútbol, me inquieta aquellos múltiples memes de quienes se divierten diciendo que Francia ganó gracias a África, olvidando quizás que Francia fue hace sus años un asqueroso país colonialista, para ser hoy un país abierto y libre.
