Una taza de café, acompañada de un conversatorio sobre el proceso de paz y algunas problemáticas de la región, daban apertura a un jueves coyuntural en el auditorio Olga Tony Vidales de la universidad Surcolombiana, cargado con muchas suspicacias.
Eran las 9:00 en punto de la mañana y solo tres de los seis candidatos a la Gobernación del Huila se encontraban presentes y dispuestos para presentar sus perspectivas sobre dicho debate.
Se mostró un pequeño cortometraje sobre la problemática a causa del riego con glifosato en los hoy opacos y tristes campos colombianos. Todo este ecosidio afectó de igual manera a 66 millones de familias campesinas que, además de arrebatarles su mínima producción agropecuaria, los dejó con marcas indelebles en su esencia y tradición artesanal.
A causa de más de 160 personas asesinadas por causa de la guerrilla en el Caquetá, y en el sur de la nación, el moderador-catedrático del evento (Olmedo Polanco) planteó una serie de preguntas referentes de ¿cómo poder recuperar la credibilidad ciudadana?
Los invitados al debate, como Carlos Julio González Villa, Gustavo Briñez, Wilfrand Cuenca y Esperanza Andrade, comenzaron a exponer sus diatribas.
Las respuestas más coherentes del debate proponían acabar la división de los empresarios y dueños de los medios de comunicación, que han sido los principales causantes de la polarización que vive hoy el país con respecto a la firma del proceso de paz que se lleva en la Habana-Cuba.
También estaba en algunas de las propuestas de los candidatos conformar una oficina de prensa con el fin de vincular la universidad pública y la emisora regional del departamento del Huila, para cuando se necesite la inclusión de las problemáticas de la región en la mesa de negociaciones, con el propósito de que sobresalga la identidad cultural de la misma, para la solución del conflicto que nos acoge en esta parte del territorio.
La discusión se tornó un poco tediosa luego de comentarios del candidato Wilfrand Cuenca en contra de Carlos Julio González Villa sobre la repetida aspiración a cargos de elección popular, expresando que es hora de un cambio; al fin de cuentas la demagogia no logró convencer al auditorio.
Seguía la tanda de preguntas y como se evidenciaba en el auditorio, Gustavo Briñez y Carlos Julio eran las personas que más vislumbraban con sus respuestas. En especial sobre la inclusión del campesinado como víctimas del conflicto armado con el fin de garantizarles verdad, reparación, no repetición y justicia, como la de declarar zonas de reserva campesina para su libre desarrollo agrario.
Se tocó el tema sobre el indulto o amnistía a los protagonistas del conflicto armado, los candidatos lograron coincidir en que la justicia transicional sería la mejor salida siempre y cuando la cúspide de la insurgencia pague de alguna manera por los delitos de lesa humanidad y sus ideales socialistas se vean defendidos por un partido político y no por el fuego de los fusiles.
Hubo mucha disposición de un par de candidatos para que el auditorio gozara de algunas de sus pifias como la de Wilfrand sobre “la izquierda triunfante” en el país. De inmediato fue desmitificado por el moderador, el candidato de la Unión Patriótica y el de Cambio Radical, exponiendo los hechos genocidas de fuerzas oscuras que acabaron con la vida del que fue una vez aspirante a la presidencia y líder del M19 Carlos Pizarro, de igual modo de otros dirigentes de izquierda como Bateman, Ospina y el intento fallido de asesinato al hoy senador de la republica Antonio Navarro Wolf. Sin hacer énfasis en que Gustavo Petro, otro ex militante de este grupo, está gobernando Bogotá gracias a tutelas interpuestas en cortes internacionales para que la procuraduría lo dejara terminar su cargo público.
Otra pifia que sirvió de entrada para destacar lo necesario de la economía solidaria en la región con el posconflicto, fue la de Esperanza Andrade cuando dijo que haría caso omiso a “las ideologías” y seguiría con su plan de gobierno porque “ellas no han influido en el conflicto”; conociendo de antemano que un aspirante a la presidencia de la república como Bernardo Jaramillo y más de 5 mil integrantes de la UP fueron asesinados en distintas partes del país, como también dirigentes de otros partidos alternativos, por la sencilla razón de pensar diferente a los recalcitrantes dirigentes que ocupan las cúpulas de este país desde hace ya más de 60 años.
Concluyó este conversatorio con una pregunta del público de ¿Qué medidas incluyen sus planes de gobierno para resarcir a las víctimas del Quimbo con problemáticas como el ecosidio ambiental y el éxodo de las comunidades que habitaban este territorio?
De nuevo las dos mentes más destacadas del debate respondieron en esta oportunidad con acudir a la movilización social, generar auditoria publica, una comisión de alto nivel de defensa del territorio, una debida recolección de información y la veeduría y asesoría de Miller Dussán Calderón, creador de la asociación de afectados por el proyecto hidroeléctrico El Quimbo (ASOQUIMBO) para detener el ecocidio que entidades como la CAM y EMGESA dieron luz verde.
A las 11:30 de la mañana se finiquitaba otro debate de los candidatos a la gobernación, algunos de los exponentes lograron su objetivo de sumar adeptos, otro quedó con sus propuestas muy vacuas, otro insatisfecho por no lograr exacerbar a sus colegas y los demás invisibles a la opinión pública por falta de participación en las diferentes ágoras del departamento, ya que por un lado los demócratas del centro no hacen más que exaltar a su cabecilla y por el otro lado la firma de un candidato en documentos de Emgesa, sentenció su objetividad política.