Parece mentira pero es la realidad, lo real maravilloso llevado a su máxima expresión. A tres días de elecciones presidenciales, la Fiscalía, Procuraduría, Defensoría, Procuraduría, el Gobierno, el Comandante del Ejército, el Ministro de Defensa, de Gobierno, el Consejo Nacional Electoral, la Registraduría Nacional del Estado Civil, todos los responsables del régimen político colombiano, el partido liberal, conservador, cambio radical, la U, centro democrático; algunos expresidentes, candidatos presidenciales; todos a una como Fuenteovejuna poniendo el grito en el cielo, denunciando y afirmando que el Pacto Histórico con Gustavo Petro y Francia Márquez se van robar las elecciones con un fraude electoral el 29 de Mayo, “así como lo hicieron el 13 de Marzo”.
¿Habrase visto semejante cinismo, semejante desvergüenza e insolencia? Nunca en la historia reciente del país se había llegado a un nivel tan bajo y tan ruin en la decadencia del régimen político, régimen que va en caída libre sin salvación hacia el precipicio de su propia tumba, ante el empuje de las fuerzas democráticas que irrumpen incontenibles alumbrando el camino del cambio democrático.
Muertos de miedo, de pánico y terror al ver perdidas las elecciones presidenciales del 29 de mayo, están ambientando todo el escenario de un supuesto fraude electoral para poder justificar su derrota electoral frente a la victoria de las fuerzas del cambio democrático.
Por eso es importante, en este sentido, ganar con una diferencia considerable y significativa sobre los pregoneros del establecimiento económico y político, y de sus medios de comunicación, para poder callar a los terroristas, guerreristas e incendiarios del gobierno, de los gremios económicos y de su candidato presidencial.
A las puertas del 29 de mayo van a seguir apareciendo los chismes de los mentideros políticos, los sonajeros de las falsas noticias para desprestigiar al candidato del Pacto Histórico con el fin de engañar, embaucar y provocar miedo en la opinión publica democrática, tratando de justificar con el supuesto fraude electoral su estruendosa derrota política en la próximas elecciones del 29 de Mayo.
Es la táctica y la estrategia de los dirigentes del régimen que sabiendo que van a perder están cuadrando su estrategia para hacer la vida imposible al próximo gobierno, así como hicieron trizas la implementación de los Acuerdos de Paz, empezando por desconocer los resultados electorales del 29 de mayo que sin duda llevarán a la victoria del Pacto Histórico.
Ante la estrategia de la oligarquía narcotraficante, tiene que haber una respuesta de masas del movimiento popular dirigido por el Pacto Histórico y por el Frente Amplio Democrático; no puede ser que la punta de lanza del fascismo violento, paramilitar y militarista, no tenga una respuesta de masas en las calles de Colombia, y una réplica contundente con los primeros decretos y proyectos de ley en los primeros cien días del gobierno democrático, a favor del pueblo, como podría ser la renta básica de un salario mínimo para cada una de las siete y medio millones de familias en la pobreza, la matricula cero para los jóvenes estudiantes de los estratos 1. 2. y 3, y un aumento del salario mínimo de conformidad con la inflación que ha encarecido los alimentos de primera necesidad de la canasta familiar, con el respaldo y la aprobación de las mayorías en el Congreso de la República.
En esta perspectiva el Pacto Histórico tiene que definir las direcciones municipales y departamentales para poder organizar y orientar la defensa del gobierno democrático y las correspondientes políticas públicas del cambio popular; no puede ser que la punta de lanza del fascismo violento, narcotraficante y paramilitar desorganice, aterrorice, instaure el caos y la anarquía en la producción y en el seno de los sectores populares, ante la mirada atónita de los demócratas y de las mayorías progresistas que necesitan una dirección política unificada, disciplina y organizada para poder responder a los intentos desestabilizadores de la casta dominante.
Por eso lo primero que debe de hacer el Pacto Histórico es organizar los comandos municipales de dirección política, y convocar a una Conferencia Nacional para después del 29 mayo o del 19 de Junio, para trazar las líneas gruesas de la política programática, la política de alianzas y de organización, que tienen que ver con las reformas estructurales fundamentales que necesita el pueblo colombiano y que están esbozadas en las líneas programáticas del Pacto Histórico, así como la tarea legislativa con relación a los proyectos de Ley para concretar las reformas fundamentales prometidas durante la campaña electoral.
Ante la táctica y la estrategia del sabotaje por parte de las fuerzas reaccionarias, el Pacto Histórico y el Frente Amplio deben responder con una táctica y una estrategia de movilización de masas, de decretos y proyectos de Ley que impacten favorablemente a la mayoría de la opinión pública democrática en los primeros cien días de gobierno, para poder empezar aislando políticamente a las fuerzas conspiradoras de la reacción conservadora que se resisten a los cambios democráticos.
Es en este sentido que se propone una Conferencia Nacional del Pacto Histórico para definir la línea programática, política, de alianzas y de organización, que permitan enfrentar con eficacia y eficiencia el coletazo violento de la reacción conservadora contra el cambio democrático y popular.
Hay que tener en cuenta que una cosa es el movimiento de opinión y otra muy distinta es un movimiento de partidos políticos organizados en unidad de acción; lo ideal sería combinar acertadamente los dos aspectos de la participación política, teniendo en cuenta el momento de afluencia de masas y de iniciativa popular; concertando el movimiento de los partidos con el movimiento de opinión, respetando las reglas y objetivos particulares de cada organización, pero acompasándolos en torno a los objetivos estratégicos fundamentales y sabiendo valorar los aportes y significados de sus luchas sectoriales y gremiales en los diversos momentos de la coyuntura política.
El Pacto Histórico no se puede quedar en un mero movimiento de opinión, con toda la importancia que tiene en este momento electoral, sino que tiene que bajar a la organización local y regional para poder persistir y sobrevivir en el tiempo, si quiere llevar adelante un programa democrático de largo aliento, lo que exigiría el concurso de varios gobiernos que impulsen y profundicen la apertura democrática, hacia un mercado, una economía, un estado, una cultura, una ecología y una sociedad donde sus bases estructurales permitan avanzar hacia la construcción de una democracia socialista moderna.
En la Colombia de hoy, donde la concentración y centralización del capital y de los ingresos expresan la tremenda desigualdad, la pobreza y la informalidad de amplias mayorías populares, (los sectores pobres y vulnerables llegan al 90% de la población, con 1% de los superricos y un 9% de las capas medias- Dane 2021), en esta situación no queda otro camino que avanzar en la senda de la democratización real hacia un socialismo ecológico, democrático y moderno.
Por eso la organización del pueblo, es decir, de los obreros, trabajadores, campesinos, indígenas, afro-descendientes, estudiantes, trabajadores del arte y la cultura, pequeños y medianos empresarios industriales y comerciantes, organizados en asociaciones, sindicatos y cooperativas, debe ocupar un papel primordial en las tareas del Pacto Histórico, como condición sine quanon para poder tener la base social y política que permita llevar adelante el cambio por la paz y la democracia.
El fraude siempre viene de los que tienen el dinero y el poder para comprar los votos y las instituciones a través del miedo y la violencia, nunca de los movimientos populares que aspiran a gobernar con la fuerza de las mayorías. Lo que está pasando ahora con el invento del fraude electoral es parte de la estrategia de la clase dominante para poder justificar su derrota inexorable ante el empuje invencible del movimiento popular. Los pájaros tirando a las escopetas.