En Emiratos Árabes Unidos Tahnoun bin Zayed Al Nahyan es el tercer hombre más importante. Sólo lo supera su hermano y su papá, el jeque Zayed bin Sultan Al Nayan, el poderoso que creó Emiratos Árabes Unidos, independizado de Gran Bretaña en 1971. Tahnoun, a los 52 años, no sólo es el jefe de seguridad del emirato, el único heredero al trono, sino que es el presidente de la empresa Mubadala.
Empezó en la década del 70 cuando el petróleo se transformó en el oro negro y convirtió a los árabes en super potencia económica. Sin embargo, se fueron diversificando y en sus diez ramas está la de la minería. Entre los países en donde han empezado a invertir está Colombia desde el 2018 cuando metió un millón de dólares por día, con una proyección de 100 millones por cada año de vida de proyecto, para crear una mina subterránea en el proyecto Sotonorte.
Bajo una de sus filiales, Minesa, están decididos a explotar la riqueza que brota del Páramo de Santurbán. La expectativa es lograr sacarle a la montaña 9 millones de onzas de oro. Los problemas han sido por el lado de los guardianes ambientales. Es que la ANLA ha puesto obstáculos que los árabes han querido sortear a punta de chequera. Por eso las reuniones con los presidentes Juan Manuel Santos e Iván Duque fueron constantes, incesantes.
"Lo que tiene Emiratos Árabes se mide en trillones de dólares", afirmó el expresidente Santos en su primera visita oficial a Abu Dhabi en el 2017, descrestado después de atender la invitación en el Palacio real de dos emiratos. Regresó con cerca de mil millones de dólares que serían girados desde las oficinas de la casa matriz de la Mubadala, la propietaria de Minesa para invertir en proyectos sociales en la zona de influencia de Santurban donde las comunidades han mantenido permanentes actividades de rechazo a la explotación. Luego llegarían USD 45 millones en donaciones para apoyar el proceso de paz del gobierno Santos con las FARC.
Adquirieron los títulos mineros sin considerar el fracaso de la canadiense Grey Star –hoy llamada Eco Oro- en la explotación que afecta los municipios de California, Vetas, Suratá, Matanza, Charta y Tona. El primer dueño había sido el exmillonario brasilero Eike Batista, propietario de OGX, la compañía más grande de petróleo en Latinoamérica hasta el 2013.
Se trataba de una suerte de cruce de cuentas ya que Batista debía USD $2.000 millones a los árabes. Estos le habían seguido la pista a Colombia gracias a la información que pudo haberles suministrado el ex Primer ministro británico Tony Blair quien, por su cercanía con el expresidente Juan Manuel Santos, tuvo acceso a información privilegiada en el Departamento de Planeación Nacional. Entre el 2013 y 2014 Blair firmó un contrato con el gobierno colombiano que en su momento recibió serias críticas.
El gobierno de Colombia ha visto desde entonces con muy buenos ojos la llegada de los poderosos árabes al país. Santos no dudó en hacerle un primer guiño con el voto para que los Emiratos Árabes Unidos fueran la sede de la World Expo 2020. La reciprocidad no se hizo esperar. El 9 y 10 de febrero del 2016 el príncipe Abdullah bin Zayed, hermano del príncipe heredero de Abu Dhabi y presidente de Mubadala, aterrizó por primera vez en Bogotá.
Aún no está claro cuál será la posición del gobierno Gustavo Petro y de su ministra de Minas Irene Vélez quienes son proclives a cuidar, por encima de cualquier cosa el medio ambiente.
Pero ellos no declinan su intención de aterrizar en el país. IHC Capital lanzó una Oferta Pública de Adquisición por la compañía de alimentos. El presidente de esta empresa es el jeque árabe Tahnoon bin Zayed al Nahyan, quien también es la cabeza del Royal Group de Abu Dhabi, firma socia del Grupo Gilinski en otras OPA. Esta vez no tendrán ningún problema para quedarse con la industria de comidas más importante de Latinoamérica.