La tradición de 72 años de El País en manos de la familia Lloreda de Cali llegó a su fin en febrero pasado. Esta fue la última movida en la ofensiva de Gabriel Gilinski por hacerse a un nuevo medio de comunicación para fortalecer la adquisición del Grupo Semana que empezó el 30 de enero de 2019, hace ya cuatro años.
El País nació el 23 de abril de 1950 como iniciativa del dirigente conservador Álvaro Lloreda Caicedo, se mantuvo en cabeza de un familiar durante tres generaciones y logró, como los periódicos de su época, una exitosa combinación de poder político y periodismo.
La mayoría de las iniciativas de mediados del siglo pasado tenían color partidista, pero lo cierto es que el mundo cambió. Muchos de aquellos medios, sobre todo impresos, no se adaptaron a estos cambios y Gabriel Gilinski se quedó con un periódico que se le había vuelto un peso a la familia Lloreda que no tuvo alternativa distinta a vender.
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La gerente y directora de El País, María Elvira Domínguez, lideró la venta del periódico a Gabriel Gilinski
Antes de esa operación, un grupo de empresarios vallecaucanos quiso comprar El País. Durante varios meses trabajaron en una propuesta audaz, que al final, Gilinski frustró.
Los caleños siguieron el mismo modelo liderado por Manuel Santiago Mejía Correa junto a quince empresarios antioqueños decididos a convertirse en socios de El Colombiano para evitar la avanzada del Grupo Gilinski que le coqueteaba al tradicional y centenario periódico.
Aparte del coqueteo, la compra formaba parte de la ofensiva con la que lograron penetrar el control accionario de las empresas del Grupo Empresarial Antioqueño como lo hicieron inicialmente al adquirir más participación en Nutresa.
Cuando los paisas decidieron comprar El Colombiano, entendieron que era importante lanzarle un salvavidas a los Gómez Martínez antes de que lo hicieran los banqueros con la chequera de los petrodólares árabes.
En agosto de 2019, el grupo familiar en cabeza de Juan Gómez Martínez se había quedado con el periódico tras comprárselo a sus socios, los herederos de Jorge Hernández. El Colombiano, fundado por Francisco de Paula Pérez el 6 de febrero de 1912, por décadas estuvo en manos de Fernando Gómez Martínez y Julio C. Hernández, quienes adicional a la labor informativa, supieron aprovecharlo como una gran palanca política conservadora. Hoy, los Gómez Martínez continúan siendo socios del periódico, pero sin el control editorial ni gerencial.
Otro periódico conservador influyente y con mucho kilometraje encima es La República, diario económico fundado en 1954 por Mariano Ospina Pérez y su cuñado Julio C. Hernández, hermano de su esposa Bertha, que combinó nuevamente periodismo y política. Fue una herramienta informativa para confrontar la línea radical conservadora de Laureano Gómez. En 2010, los Hernández le compraron a Rodrigo Ospina Hernández, la parte que les correspondía a los primos del líder en el periodismo económico.
La muerte prematura de Jorge Hernández en 2014 cambió el rumbo de los negocios familiares y sus hijos decidieron centrarse más en la ganadería y en la cría de caballos en Antioquia. Dos años después de su fallecimiento, le vendieron el tabloide económico a la Organización Ardila Lülle. Así fue como los Ardila, propietarios de la cadena radial y el canal de televisión RCN, consiguieron un medio impreso con prestigio y completaron su portafolio. De los hermanos Ardila, quien ha estado al frente de las comunicaciones ha sido Carlos Julio, el mayor de los hijos.
Dos años antes, en 2012, se cerró un negocio inesperado. El banquero Luis Carlos Sarmiento anunció haber adquirido el 100 % de las acciones de El Tiempo aunque la Casa Editorial ya no estaba en manos de la familia Santos Calderón.
El Tiempo cumplió 100 años el 30 de enero de 2011. Fue fundado por Alfonso Villegas Restrepo, cuñado del expresidente liberal Eduardo Santos, quien se quedó con el periódico y lo convirtió en centro de poder político nacional. Sus sobrinos, Hernando y Enrique Santos, pronto tomaron las riendas de ese barco de papel y construyeron una verdadera dinastía periodística que dejó huella en el país. Cuando lo compró, Sarmiento Angulo se quedó también con un paquete de medios impresos: Portafolio, Llano 7 días, Boyacá 7 días, Canal City TV y Futbolred, el portal deportivo más importante del país.
Más de una década antes, en 1997, el hombre más rico de Colombia entonces, Julio Mario Santo Domingo se quedó con otro de los diarios emblemáticos del país: El Espectador también de origen liberal, fue fundado por don Fidel Cano en 1887 en Medellín, pero se trasladó a Bogotá para asegurar un impacto nacional. Sus hijos, con Guillermo a la cabeza, tomaron las riendas del periódico, incluso hasta sacrificar su vida por la defensa de la democracia cuando el narcotráfico y Pablo Escobar avanzaban con fuerza. Fue asesinado en diciembre de 1986 y una década después, los herederos le vendieron el periódico al Grupo Santo Domingo, que ya tenía la cadena radial Caracol y se estaba abriendo camino hacia la televisión.
Tres periódicos con peso regional: Vanguardia Liberal en Santander, La Patria de Manizales y El Heraldo de Barranquilla aún batallan por permanecer en el difícil terreno de los medios impresos en manos de las familias de los fundadores. Los Galvis, herederos del liberal Alejandro Galvis, aún mantienen el periódico fundado en 1919. La llamada a estar al frente, la periodista Silvia Galvis, murió prematuramente y su hermano Alejandro, un líder empresarial que alcanzó a adquirir varios medios de ciudades intermedias –aunque no pudo sostenerlos- murió en la pandemia.
Desde 1940 cuando el empresario José Restrepo Restrepo adquirió La Patria, el periódico ha estado en manos de esta influyente familia manizaleña que batalla con su medio en el Eje Cafetero sin que se les conozca intenciones de sucumbir.
No sucede así con las tres familias propietarias de El Heraldo en Barranquilla, que no descartan la posibilidad de vender el más influyente medio impreso del Caribe colombiano fundado por tres amigos en 1933, en el coletazo de la crisis del 30.
Fueron Alberto Pumarejo Vengoechea, Luis Eduardo Manotas y Juan B. Fernández los fundadores, motivados por el mismo patrón con el que nació la prensa en el siglo pasado, esa mezcla de información y política. Alberto Pumarejo, quien fue ministro de Enrique Olaya Herrera, saboreó las mieles del poder y hoy, su nieto Jaime Pumarejo, es Alcalde de Barranquilla.
El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, es nieto de uno de los fundadores de El Heraldo y su familia es dueña del 33 % de las acciones
Las familias Manotas, Pumarejo y Fernández todavía controlan El Heraldo, a cada apellido le pertenece el 33,3 % de las acciones de la empresa y aunque han encontrado caminos para cogobernar, sin participar directamente en el día a día, el amplio grupo de herederos no descarta vender el periódico ante una buena oferta.
Ante el peso de la chequera de los nuevos dueños de los periódicos, el nombre de Gabriel Gilinski de nuevo está sobre la mesa y no sería extraño su interés en seguir consolidando su grupo de medios dentro de la estrategia con Semana: un impreso con prestigio como sombrilla de un potente medio digital, una combinación fundamental no solo para sobrevivir, sino para multiplicar las inversiones eventualmente, meta final de cualquier empresario como son los nuevos jugadores en el universo de la prensa escrita en Colombia, donde pocos están logrando sobrevivir.
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