El superintendente delegado por Juan Manuel Santos, Norman Julio Muñoz intervino en el 2016 el Hospital San José de Maicao en La Guajira y al año siguiente hizo lo propio con el hospital San Andrés de Tumaco. Hasta el momento y después de los cuatro años del gobierno Duque y 18 meses de la administración Petro, este centro médico que es clave en el litoral Pacifico aún no ve la luz.
En teoría la intervención, que es una medida drástica tomada por el gobierno para recuperar las finanzas, es temporal; pero no ha sido el caso, como tampoco el de los cinco hospitales tomados por el superintendente Fabio Aristizábal Ángel, nombrado por Iván Duque. Petro quiere que las cosas sean distintas y así se lo hizo saber al recién nombrado superintendente de salud, Luis Carlos Leal, en su posesión. Leal quiere convertir las clínicas intervenidas en un ejemplo de lo que se busca impulsar en el país con la Reforma a la salud, que aún no tiene despejado el camino en el senado.
La crisis de las finanzas de casi todos los hospitales es un producto de la politiquería, la mala administración y la corrupción, mucha asociada a los pasivos pensionales que cargan. Por esto la tarea trazada por el presidente al superintendente de salud es compleja.
El médico Luis Carlos Leal Angarita es ante todo un activista del sector salud, defensor de los derechos de los prestadores de servicios de salud, cercano a la exministra Carolina Corcho y tendrá que empezar un programa piloto en estos centros médicos.
Luis Carlos Leal, en efecto debe tomar los hospitales intervenidos y convertirlos durante su administración en hospitales ejemplares y tiene que empezar por un mejoramiento de la situación de los médicos, así como asegurar el cumplimiento de las normas relacionadas con los derechos de los pacientes. En general los centros de salud son intervenidos cuando hay déficit en la infraestructura, problemas en las finanzas, fallas en la prestación del servicio, deudas con los médicos o todas las anteriores.
Las deudas que ahogan el hospital Rosario de Valledupar
En el caso del hospital Rosario, de la ciudad de Valledupar, diseñado en 1930, y terminado en 1942, por el expresidente Alfonso López Pumarejo y que cayó en deudas, por un total de 110 mil millones(COP). El pasivo es la razón de la aparición de la Supersalud en cabeza de Fabio Aristizábal Ángel que además de intervenir apartó del cargo a la gerente Rosario Leidis María Manjarres Daza. Un ejemplo de la crisis del Rosario es el impago a cuatro especialistas a los cuales se les adeudó varias mensualidades, entre 15 a 18 meses, en otras palabras, los médicos trabajaron gratis más de un año.
Los pasivos del hospital San Andrés de Tumaco
Con el hospital San Andrés de Tumaco, la Super en 2023, giró un total de 5.584 millones de pesos para solucionar los problemas financieros y garantizar la atención de los migrantes no registrados en el sistema, con el objetivo de atender una población de aproximada de 447.000.
La Supersalud, en 2017, tomo el control como efecto de los malos manejos de la gerencia, la cual había generado pasivos por 16 mil millones (COP), derivando un impago a los contratistas. Los trabajadores durante veinte meses anduvieron sin paga. En resumen, la mala gerencia llevo a, pasivos y deudas, afectando a los trabajadores, contexto que termina invocando a la Súper, en el 2024 se van cumplir siete años de la intervención.
El hospital San José de Maicao en La Guajira, ocho años sin solución
Para el caso del Hospital San José, en La Guajira, que fue fundado el 7 de abril de 1974, durante la administración del presidente Misael Pastrana Borrero como efecto de las acciones de los guajiros por tener un puesto de salud acorde de los problemas de la población. Décadas después el centro médico resulto en problemas por malos manejos administrativos al punto de considerarse un elefante blanco. En el 2016 la Supersalud toma el mando; no obstante, la vigilancia, en el 2021 el personal médico entró a paro cuando les completaron tres meses sin quincena. El gobernador encargado José Jaime Vega (Guajira) realizo los giros prometidos.
Como en el caso anterior, la intervención de la Super no es garantía del fin de los problemas. Dos ejemplos más, el hospital San Francisco de Asís en Quibdó controlado desde el 2020, en 2022 aún con supervisión incumple el pago de nómina. Los médicos esperaron por seis meses, pasada la fecha entraron a paro. El gobierno del expresidente Duque prometió girar 8.000 millones de pesos, y en efecto 264 trabajadores esperaron hasta julio del año pasado para recibir sus cheques. El segundo caso es el hospital Luis Ablanque de la Plata, en Buenaventura quien por mala administración; no obstante, la vigilancia sigue incumpliendo el pago a personal. Por la situación se presentaron protestas.
En general Luis Carlos Leal debe demostrar con hechos que el nuevo sistema de salud logra poner fin a las malas prácticas de las clínicas, que con vigilancia o no, le fallan a sus empleados y la aparición, en algunos casos, de la Super solo trae cambios de forma, como en el caso del Hospital San Francisco y San José.