El conflicto armado en Colombia terminó degradándose en tales proporciones, que la crueldad y la infamia han superado cualquier capacidad de asombro, con actos que las narraciones de otras guerras, allende de la frontera pareciera un juego de niños. Y precisamente uno de los sectores poblacionales utilizados en la táctica y estrategia de los "señores de la guerra", fueron los niños y adolescentes. Unas veces porque nacieron dentro del propio conflicto, otras fue el reclutamiento forzado o engañoso, también desplazados y como si no fuera poco asesinados.
La Comisión del Esclarecimiento de la Verdad (CEV) publicó el capítulo titulado «No fue un mal menor: niños, niñas y adolescentes en el conflicto armado», de su informe final sobre el «peso descomunal» del conflicto armado en Colombia en los niños y adolescentes. En dicho documento asegura que la infame guerra dejó un saldo trágico de 64.084 menores asesinados. Agregó que una de las consecuencias es que Colombia «lleve al menos unas tres generaciones pérdidas...un país de huérfanos».
La CEV relata cerca de 200 historias y más de 2.700 testimonios recogidos sobre los abusos que enfrenta la niñez. También la CEV aportó documentos que demuestran que más del 50 % de los desplazados del país -que han sido más de ocho millones- eran niños cuando tuvieron que huir de sus hogares. Se dieron 3.049.527 casos de menores desplazados entre 1985 y 2019, y siguen viviendo actualmente 139.842 niños desplazados entre 2020 y 2021.
«Este país no ha tenido un cuidado especial con los niños y siempre se ha considerado que lo que les pasa en el marco del conflicto armado es un daño colateral, y eso no es así. cuando los menores debieron salir solos, quedaron más expuestos a violencias como la explotación laboral, el maltrato de parientes o incluso de desconocidos que aprovecharon la necesidad que tenían de trabajo, vivienda y alimentación», aseguró la directora del capítulo, Diana Britto.
Según la CEV de los 64.084 menores asesinados en el conflicto armado entre 1985 y 2018, 14.562 fueron indígenas y 27.290 afrocolombianas, de acuerdo con una integración de cifras realizada junto a otros organismos. Al haber más de 450.000 víctimas de homicidio entre 1985 y 2016, la cifra de menores asesinados corresponde al 14,24 % del total de víctimas. Agrega la entidad que en casi un tercio de los casos (29,63 %) los responsables de los ataques a la infancia fueron agentes estatales, en el 22,47 % fueron paramilitares y en el 16,46 %, la guerrilla. Sin embargo, la ex-Farc es responsable del 74 % de reclutamiento de menores, «un fenómeno del que no tenemos una real comprensión en el país», dijo Diana Britto.
Llama poderosamente la atención la alta participación de los Agentes del Estado en estos infames asesinatos cometidos en contra de los menores de edad, en cuanto son los obligados por la Constitución Política Nacional a fungir como sus protectores de su vida y honra e incluso responsables de su bienestar social en conjunto con el Sistema de Bienestar Familiar. La sociedad colombiana debe actuar para que hechos como estos no se vuelvan normales, puesto que hoy en Colombia ¡la vida del ser humano no vale nada!
